Nankurunaisa - Pedri González

Capitulo 59. Feliz halloween.

Para un próximo capítulo:
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Pedri

Hoy nos íbamos a disfrazar de Grease, más concretamente de Danny Zuko y Sandy Olsson, y si la idea había sido de Grecia. Como era halloween habíamos pensado llenarnos la cara de sangre o algo así, para que sea más trágico.

Como no nos organizamos muy bien para el día de hoy decidimos juntar a nuestro grupo de amigos cada uno y salir a una de las discotecas.

La maldita Grecia me había traído a sus amigas a mi casa. ¿Por que? Porque quiere estar conmigo y a la vez con ellas, así que las estaba maquillando a todas ella una por una.

Sofía va de bruja glamorosa, o eso dice, Brenda de vampira y Julia va de esqueleto brillante. Y Melyssa está aquí colocándole a Nilo una sábana haciéndole parecer un fantasma.

—¡Quieres dejar a mi hijo ya! No es un fantasma.

—¡Pero mira que mono!

—Mely, para. No quiero que lo asustes.

—Venga, Pedri, relájate. Solo es un poco de diversión.

Mientras Melyssa sigue intentando convencerme de que Nilo se vea bien, decido concentrarme en lo que realmente importa: que Grecia está aquí, y quiero que sea la mejor noche de Halloween.

Al final Mely termina sentándose a mi lado y abrazándome.

—No te enfades.

—Quítale la sábana, no ves que se la va a pegar.

Nilo ladra divertido pero me da miedo que se de con algo, aunque termina quitándosela el solo y Melyssa riéndose.

—¿Pedri no te importa que me junte con tu novia y sus amigas?

—¿Que dices tonta?

—No sé. A veces me siento como una especie de intrusa en su grupo. —Mely frunce el ceño, como si realmente le preocupase.

—¿Melyssa tú eres tonta? Pregunto.

—Ay Pedri, es que el resto de tus amigos son chicos y yo solo soy la única chica que va contigo de amiga.

—También son tus amigos.

—Ya, pero los conozco por ti.

—A Grecia le caes bien hazme caso y sus amigas no tienen problema.

Melyssa me mira con una sonrisa pequeña, pero aún parece preocupada.

—Gracias, Pedri... —murmura, soltando un suspiro—. Es que a veces me siento como que no encajo del todo, ¿sabes? No quiero estorbar.

—Mely, tú no estorbas para nada —le digo, serio—. Si no te quisiera aquí, te lo diría. Grecia te quiere, y yo también disfruto de tenerte cerca. Tú misma lo sabes.

Ella me mira de reojo y asiente, aunque parece que todavía le da vueltas al asunto.

—Además, yo tengo dos ojos, ¿no? —le digo, en tono más ligero—. Uno para Grecia y el otro para ti. Así que nunca te vas a quedar sola.

Melyssa se ríe por fin y me da un suave golpe en el brazo.

—Vale, pero no descuides mucho a Grecia por estar pendiente de mí, ¿eh? —bromea, pero hay un toque de sinceridad en su tono.

—Tranquila, que puedo con todo. —Le guiño un ojo y ella finalmente parece relajarse—. ¿De que te disfrazas?

—De enfermera sexy.