Esa tarde, Elara se sentó sola en un rincón del campus, el peso de sus pensamientos la envolvía. A pesar de haber compartido momentos hermosos con Jaxon, la conversación con su madre aún la atormentaba. Cuando Jaxon apareció, su sonrisa se desvaneció al notar la tristeza en el rostro de Elara.
—Hey, Elara —dijo con una voz suave, acercándose a ella—. ¿Qué te pasa? Te ves... diferente.
Elara levantó la mirada y, por un momento, sus ojos se encontraron. Ella intentó sonreír, pero la tristeza era palpable. Jaxon sintió un apretón en el corazón. Ella se había convertido en alguien especial para él en tan poco tiempo, y verla triste lo afectaba profundamente.
—No es nada, solo un mal día —respondió ella, pero Jaxon no se dejó engañar.
—Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad? —dijo él, inclinándose hacia ella con preocupación—. No me gusta verte así.
—Solo... extraño a mi familia —confesó Elara, sintiendo que la vulnerabilidad era un refugio en ese momento—. A veces, creo que no soy suficiente.
—Elara, no digas eso. Eres espectacular, y me alegra haberte conocido. —Jaxon se sintió impulsado a animarla—. ¿Qué te parece si vamos al cine? Podríamos ver algo de terror y distraernos un rato.
Elara miró a Jaxon, sorprendida por su propuesta. —¿Cine? ¿Ahora?
—Sí, ahora. Lo prometo, será divertido. —La miró con determinación, como si pudiera hacer que su tristeza se disipara con una simple invitación.
A pesar de sus dudas, Elara sintió que una chispa de emoción comenzaba a iluminar su corazón. Aceptó, y juntos se dirigieron a la sala de cine.
La película era intensa, llena de giros y sustos que hacían que ambos saltaran de sus asientos. Risas y gritos llenaban el aire, y por un momento, Elara se olvidó de sus preocupaciones. Mientras la noche avanzaba, salieron del cine y se encontraron bajo un cielo estrellado.
—Mira esas estrellas —dijo Jaxon, señalando hacia arriba—. Son como tú, brillando a pesar de las dificultades.
Elara se sintió conmovida por sus palabras. No pudo evitar sonreír, sintiendo que algo profundo se estaba gestando entre ellos. Jaxon se acercó un poco más, sus ojos reflejando sinceridad.
—Realmente no me gusta ver que estás triste. Quiero que sepas que me tienes a mí. —Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Eres muy especial para mí, Elara.
Las palabras de Jaxon la tocaron de una manera que no pudo anticipar. Se le llenaron los ojos de lágrimas, y en un impulso, lo abrazó con fuerza. —No sé qué haría sin ti, Jaxon. Me siento tan afortunada de haberte conocido.
Jaxon la sostuvo en sus brazos, sintiendo la calidez de su presencia. En ese abrazo, todo lo que había entre ellos cobró vida, y Elara supo que no estaba sola en su lucha. Esa noche, bajo las estrellas, encontraron un refugio el uno en el otro, construyendo una conexión que prometía ser algo más profundo.
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Mi inspiración
Short StorySipnosis La historia de Jaxon Holder y Elara Martínez narra el romance entre dos jóvenes de mundos completamente opuestos. Elara Martínez es una chica insegura y tímida de Bonao, República Dominicana. Creció en una familia que la critica constanteme...