Cuando Hael desapareció de mi vida, no me quedó más opción que concentrarme en lo más importante: mi madre. Su salud había mejorado lentamente después de la operación, pero aún necesitaba cuidados constantes. Me refugié en esa rutina, en los días que pasaban entre el hospital y la casa, en las pequeñas tareas que me mantenían ocupada, intentando no pensar en el vacío que Hael había dejado atrás.
Los primeros días tras su partida fueron los más duros. Cada sonido del teléfono me hacía saltar, esperando que fuera él. Cada vez que escuchaba pasos en el pasillo, me preguntaba si volvería. Pero con el tiempo, esas esperanzas se desvanecieron, como una herida que cicatrizaba lentamente. Comencé a aceptar que tal vez no volvería. Y aunque nunca lo dije en voz alta, el miedo y la incertidumbre se fueron convirtiendo en una parte cotidiana de mi vida.
Los meses pasaron, y el silencio de Hael se convirtió en una especie de compañía amarga. Mi hermano seguía con sus estudios, ajeno a todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Yo hacía todo lo posible por mantener esa normalidad, por no mostrarle el caos interno que me consumía. No le hablé a nadie de Hael, Simplemente dejé que su recuerdo se desvaneciera en el trasfondo, donde el dolor era más fácil de manejar.
Con cada día que pasaba, aprendí a vivir sin la expectativa de que él regresara. A veces me preguntaba si había tomado la decisión correcta al no buscarlo, al no intentar entender por qué había desaparecido de esa forma tan repentina. Pero el miedo seguía siendo un obstáculo. ¿Qué haría si lo encontraba? ¿Qué haría si lo que descubría era peor de lo que imaginaba?
Así, los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Mi vida siguió adelante, aunque una parte de mí seguía atrapada en el pasado, en aquel momento en que todo cambió. Pero no podía permitirme el lujo de detenerme. Mi madre me necesitaba, y mi hermano también. Y en ese espacio, entre el deber y la incertidumbre, aprendí a sobrevivir sin Hael. O al menos, eso intentaba creer.
Me hice cercana a Luca, un "socio" de Hael, pero creo que me está vigilando para informarle a Hael de lo que hago. Sé que no me dirá nada porque ellos dos son amigos.
Con el tiempo, Jade intentó convencerse de que seguir adelante era la mejor opción. Su vida giraba alrededor del cuidado de su madre y las necesidades diarias de su hermano, pero en los momentos de soledad, el recuerdo de Hael seguía atormentándola. Se preguntaba dónde estaría, qué estaría haciendo y, sobre todo, por qué había desaparecido sin más.
En algún punto, comenzó a acercarse a Luca, uno de los socios de Hael. Al principio, sus encuentros parecían casuales, pequeños momentos en los que él la ayudaba o le preguntaba por su bienestar. Pero con el tiempo, Jade empezó a sospechar que Luca no estaba ahí solo por amistad. Notaba su mirada siempre alerta, como si vigilara cada uno de sus movimientos, y algo en su comportamiento le hacía pensar que estaba reportando todo lo que hacía a Hael. Sin embargo, Luca jamás mencionaba nada sobre él, y cada vez que Jade intentaba preguntar, cambiaba de tema o le daba respuestas vagas.
A pesar de su creciente desconfianza, Jade no pudo evitar sentirse algo aliviada por la presencia de Luca. Sabía que, de alguna manera, todavía estaba conectada al mundo de Hael, aunque no supiera lo que estaba ocurriendo realmente. Pero esa conexión la mantenía en una posición difícil: entre la lealtad hacia sí misma y el temor de lo que Hael pudiera estar tramando desde su desaparición.
El silencio seguía envolviendo la vida de Jade, y cada día que pasaba sin una señal de Hael la hacía preguntarse si él volvería algún día o si ya se había perdido para siempre.
Hasta que un día, la calma que había logrado construir se rompió con un simple toque en la puerta.
Era una tarde tranquila, de esas en las que el sol se colaba por las ventanas y hacía que todo pareciera más cálido de lo que realmente era. Estaba en la cocina preparando la cena cuando escuché el golpe seco. Al principio no le presté mucha atención, pensando que sería algún vecino o tal vez una entrega equivocada. Pero algo en mi interior, una sensación que no había sentido en mucho tiempo, me puso alerta.
Cuando abrí la puerta, lo último que esperaba ver era a alguien del pasado que tanto había tratado de dejar atrás. Frente a mí, con la misma expresión fría e impenetrable que recordaba, estaba Luca. No necesitó decir una palabra para que mi corazón comenzara a latir más rápido. Su presencia allí solo podía significar una cosa: Hael.
"Jade," dijo con su voz grave, "necesitamos hablar."
Intenté mantener la compostura, pero mis manos temblaban ligeramente al aferrarse al marco de la puerta. "¿Qué pasa, Luca? ¿Es sobre Hael?" Mi voz sonó más desesperada de lo que pretendía, y él lo notó.
"Sí," respondió, dando un paso hacia dentro sin esperar mi invitación. "Él está de vuelta en la ciudad. Las cosas han cambiado, y tú estás en el centro de todo esto."
Cerré la puerta lentamente, intentando procesar lo que acababa de escuchar. "¿Qué significa que estoy en el centro de todo? No he tenido contacto con Hael en meses. No sé nada."
Luca me miró fijamente, como si estuviera evaluando qué tanto decirme. "Hael hizo lo que hizo para protegerte. Pero su mundo no es uno del que puedas escapar tan fácilmente. Ahora que ha vuelto, todo lo que dejó pendiente ha regresado con él, y tú sigues siendo una parte importante de eso."
El miedo que había logrado enterrar durante meses volvió a emerger con fuerza. "¿Por qué no me dijo nada? ¿Por qué desapareció sin más?"
Luca suspiró, cruzando los brazos. "Hael tomó decisiones que lo alejaron de ti para mantenerte a salvo. Pero esa distancia ya no importa. Hay gente que sabe de ti, Jade. Gente que piensa que eres más que solo una persona en su vida."
El peso de sus palabras cayó sobre mí como una losa. ¿En qué me había metido sin siquiera darme cuenta? Intenté mantener la calma, pero las preguntas no dejaban de agolparse en mi mente. "¿Dónde está ahora? ¿Está en peligro?"
Luca asintió lentamente. "Está manejando las cosas, pero su regreso no ha pasado desapercibido. Y lo que más quiere es verte, pero primero, necesita asegurarse de que no corras ningún riesgo."
"No sé si quiero verlo," dije, sorprendida de escuchar esas palabras salir de mi boca. "Pasaron meses sin noticias, sin explicación. No sé si estoy lista para todo esto de nuevo."
Luca me miró con una mezcla de comprensión y severidad. "Eso es algo que tendrás que decidir pronto. Porque este no es solo un reencuentro. Es un nuevo comienzo, o el final de todo."
Y con esas palabras, se fue, dejándome de pie en medio de la sala, con el caos volviendo a instalarse en mi vida. La tranquilidad que había construido se desmoronaba, y el regreso de Hael traía consigo un peligro que no podía ignorar.
Sabía que pronto tendría que enfrentarme a él, pero esta vez, nada sería igual.
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El Contrato del Diablo.
RomanceEn las sombras de una ciudad opulenta y decadente, donde el pecado se viste de seda y el lujo esconde secretos inconfesables, se teje una historia de poder, obsesión y un pacto sellado con el mismísimo diablo. Jade, una mujer atormentada por un pas...