No podía dormir. Mis ojos estaban fijos en el techo, contaba los segundos mientras las horas pasaban lentamente. Aunque ya estaba acostumbrada a Forks, desde que la casa se había convertido en un punto de vigilancia para los Cullen y la manada, todo me parecía extraño. Me sentía incómoda, sabiendo que siempre había alguien alrededor, observando, cuidando. Agradecía la protección, lo entendía, pero eso no hacía que dejara de ser raro que mi vida se hubiera convertido en una especie de "zona de seguridad".
Sabía que todo era por mi seguridad, pero la idea de ser vigilada 24/7 me ponía los nervios de punta. No estaba acostumbrada a ser el centro de tanta atención, especialmente cuando no podía hacer mucho al respecto. Las sombras de los árboles que se alzaban alrededor de la casa parecían moverse de forma sospechosa, aunque sabía que se trataba solo de mi mente jugándome trucos. Edward y los demás me habían asegurado que todo estaba bajo control, que no tenía nada de qué preocuparme. Claro, fácil de decir cuando eres un vampiro con súper poderes.
Giré en la cama y miré el reloj. Era casi la hora en que Charlie debía regresar a casa. Un poco de normalidad en medio de este caos. Me levanté lentamente, sintiendo que las piernas me pesaban más de lo normal. La falta de sueño me estaba pasando factura, pero aun así decidí bajar y preparar algo de cenar para él. Sabía que a Charlie le gustaba llegar a casa y encontrar la cena lista. Era un pequeño gesto, pero con todo lo que estaba pasando, me gustaba mantener al menos esa rutina.
Bajé las escaleras, el crujido de la madera vieja me recordó cuántos años tenía la casa. Me dirigí a la cocina y abrí la nevera, buscando algo sencillo que pudiera preparar rápidamente. Decidí hacer hamburguesas. Algo fácil, algo que sabía que a Charlie le encantaba. Puse la carne en la sartén, dejando que el familiar chisporroteo de la grasa me relajara un poco. Quizá esto me ayudaría a dejar de pensar en todo lo demás.
Mientras cocinaba, escuché el ruido del motor de la camioneta de Charlie acercándose por el camino. Justo a tiempo. Sonreí para mí misma, tratando de olvidarme de todo lo demás por un momento. Era casi reconfortante saber que había cosas que aún seguían siendo normales.
La puerta principal se abrió y cerró con un sonido firme. Charlie entró, aún con su uniforme de sheriff, las botas mojadas por la lluvia. Me saludó con una sonrisa cansada, pero cálida.
—Hola, Rox —dijo, dejándose caer en una de las sillas de la cocina, quitándose el sombrero y colocándolo sobre la mesa—. Huele increíble. ¿Qué tenemos hoy?
—Hamburguesas —respondí mientras ponía la carne en el pan y comenzaba a servir las papas fritas que había preparado a un lado—. Nada complicado.
Charlie sonrió ampliamente, feliz de ver la cena servida frente a él. Aunque no hablaba mucho de ello, sabía que apreciaba estos momentos. Era una de las pocas maneras en que podía mostrarle mi gratitud por todo lo que hacía por mí. Incluso con todo lo que estaba pasando, él intentaba mantener las cosas lo más normales posible para mí.
—Gracias, Rox —dijo antes de tomar un gran bocado de la hamburguesa. Después de tragar, me miró con curiosidad—. ¿Cómo estás?
—Estoy bien —respondí, aunque el peso de todo lo que había pasado últimamente me apretaba el pecho. No quería preocuparlo más de lo necesario—. Solo... un poco cansada.
Él asintió, como si entendiera más de lo que estaba dispuesto a decir. Tomó otro bocado antes de hacer la pregunta que, de alguna manera, esperaba.
—¿Y Bella? —preguntó, mirando alrededor como si esperara verla aparecer en cualquier momento—. No la he visto hoy.
Miré el plato de Charlie mientras servía un poco más de papas fritas, tratando de no sonar demasiado vaga.
—Creo que está con Jake —respondí, sabiendo que probablemente estaba en la reserva con él. Habían pasado mucho tiempo juntos últimamente, y eso parecía darle tranquilidad tanto a Bella como a Jake.
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DRIADES || EMMETT CULLEN
FanfictionToda mi vida había sido un completo desastre, Pero cuando llegué a Forks, un lugar donde los árboles parecían susurrar secretos, algo cambió. Era como si algo me esperase, Emmett Cullen irrumpió en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad. Pero m...