Victoria

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Hoy era el gran día, el día en el que se disputaba el clásico. No he hablado con nadie desde el jueves, ni siquiera con Amy, no estoy preparada, siento que en cualquier momento puedo explotar, decir cosas de las que me arrepienta.

-¿Lo habéis entendido? -preguntó el entrenador tras explicarnos un ejercicio.

Todas asentimos y el entrenamiento comenzó. Estaba fallando mis tiros, perdiendo balones, haciendo demasiadas faltas. Me estaba frustrando, estaba mal, pero eso nunca había hecho que mi nivel bajara, mis compañeras de equipo me miraban raro, no entendían que me pasaba, pero yo tampoco.

-Pero Emma que te pasa hoy -me reprochó mi entrenador. Ese comentario hizo que se colmara el vaso. Ya tengo suficiente conmigo misma como para que ahora me digan eso, justamente eso.

-Y yo que sé -respondí borde y salí de la cancha. Me dirigí a mi habitación, mirando el suelo todo el rato, intentando comprender porque ahora mi estado emocional afectaba a mi rendimiento en la cancha, si antes nunca lo había hecho.

-Perdón, no iba mirando -me acababa de chocar contra alguien, pero al levantar la mirada para ver quien me estaba teniendo la mano para ayudarme a levantarme, vi al menos oportuno.

-Oh, hola Emma -dijo tímido Marc.

-Em, hola -me levanté y seguí mi camino hacia mi habitación, la mirada de Marc estaba fija en mi, pero no se movió, y yo no mire atrás.

-Tu madre va a venir -oí mientras caminaba, no me di la vuelta, pero me quedé parada, como si ese pasillo fuese interminable. Como si todo se parase por un momento. Tras ese momento, continué mi camino, no supe que hacer. Esperaba, que mi silencio fuese la mejor respuesta.

Cubarsí 🪣

Pau
Como que mi madre va a volver??

Me vas a dejar entrar a tu habitación para poder contártelo bien?

Vale, ven

...

-Hola -dije saludando a Pau mientras le abría la puerta.

-Hola -respondió.

-Ve al grano.

-A ver, tu hermano estaba hablando ayer con nosotros y nos dijo que como no vas a volver, tu madre te va venir a buscar.

-Sabes que no me iré.

-Lo sé, se lo dijimos a tu hermano pero dice que ya compró hasta los vuelos.

-Pues dinero que han malgastado.

-Ya.

-Bueno, gracias por explicármelo.

-Otra cosa... Déjame ayudarte por favor. Nadie quiere que te vayas, y tú la que menos, pero de verdad que puedo ayudar.

-Pau -comencé tratando de sonar tranquila- me quieres "ayudar" porque te sientes culpable, no lo niegues. Sabes perfectamente que no necesito ayuda, esto lo tengo que arreglar yo.

-Si, me siento culpable, de no haberme dado cuenta de que estabas mal, pero eres mi mejor amiga, necesito ayudarte, no puedo permitir que vuelvas allí.

-Yo tampoco quiero irme, y no lo haré, tranquilo, yo lo soluciono.

No tengo ni idea de que hacer, pero lo voy a solucionar. Sola.
Pau se fue ya que tenía que preparar el importante encuentro de hoy y yo me quedé allí, en mi habitación, dándole vueltas a todo. Decidí levantarme, decidida a ir a ver el partido de mis amigos, necesitaba despejarme y así hacía feliz a mi niña interior, que veía todos los partidos del Barça con su tío, deseando poder ir a uno y en especial, a un clásico. Me vestí, me maquille y fingiendo una sonrisa, fui al estadio. El partido resultó victorioso para el Barça, la emoción del momento hizo que, por un momento, me olvidara de todo lo que se estaba desmoronando a mi alrededor. Al acabar el encuentro me dejaron ir a los vestuarios, en los cuales el ambiente me absorbió, la alegría, la emoción de aquel momento, hizo que mereciera la pena ir a ver el partido.

Aprender a querernos -Marc BernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora