¡Detente, Kacchan! +18

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•:|Fracturas|:•

Sus furiosos pasos fueron el perfecto indicador para anunciar su regreso al resto de los chicos, quienes fijaron la vista en su figura para seguir cada uno de sus movimientos con suma atención, fue entonces que algo captó su interés, y es que no debían ser demasiado observadores para notar la aterradora y sofocante aura que desprendía, provocando una inigualable sensación de incertidumbre en cada uno de los presentes.

Uraraka: ¿Y bien? - Cuestionó con un poco de curiosidad.

Los segundos transcurrieron y la habitación se sumergió en un inquietante silencio, todos observaban atentamente al bicolor exigiendo una explicación de manera indirecta, sin saber que aún no estaban ni un poco cerca de recibirla, pues el heterocromático parecía estar completamente ausente, sumergido en sus propios pensamientos.

Iida: ¿Te encuentras bien, Todoroki? - Inquirió preocupado.

Su mirada furiosa se posó en cada uno de los presentes, dejando una sensación helada en el aire, y a su vez, provocando un escalofrío en algunos de sus compañeros. Sin pensarlo, apretó fuertemente sus puños, tensó su mandíbula y comenzó a caminar por el área común en un intento de despejar su mente de todo lo que estaba ocurriendo. Un poco dubitativos, los chicos comenzaron a llamarlo mostrando su preocupación, pero simplemente fueron ignorados.

Un par de minutos fue suficiente para notar que su pequeña caminata no estaba funcionando en lo absoluto.

Con una mirada cargada de incertidumbre, el resto del grupo lo observó, sintiendo la pesada atmósfera que comenzaba a formarse en cuestión de segundos, sin previo aviso, una avalancha de preguntas comenzó a inundar sus mentes ¿Qué había ocurrido? ¿Tan grave era la situación? ¿Había sucedido algo malo? Distintos cuestionamientos pasaron por la mente de cada uno, pero finalmente, todos tenían una pregunta en común ¿Por qué Todoroki estaba tan molesto? Sabían que su amigo no solía ser muy expresivo, es por eso que verlo de esa manera; como una especie de fiera enjaulada, los hacía preocuparse. Y precisamente ese comportamiento los ayudó a inferir que algo malo había ocurrido en la habitación de Midoriya. De pronto, la voz del heterocromático rompió el asfixiante silencio, desvaneciendo por completo los pensamientos de todos los presentes, y al mismo tiempo, atrayendo la mirada atenta de sus compañeros de clase.

Todoroki: No, No estoy bien - Respondió la pregunta del delegado de la clase, dirigiéndole una mirada furiosa - Nada de esto está bien - Pronunció con una tonalidad grave, mientras se acercaba de manera intimidante a sus compañeros.

Jirou: ¿De qué hablas? Hiciste un buen trabajo, al menos los gritos se detuvieron - Mencionó un poco desorientada.

Mineta: Es verdad, no sé qué les pasó a esos dos - Comentó un poco pensativo.

Ojiro: ¿Fue Bakugo? - Preguntó repentinamente, tomando a todos por sorpresa.

Una mirada llena de rabia fue suficiente para saber que había dado en el blanco.

Todoroki: No me hables de ese bastardo - Declaró colérico, fijando su mirada en el rubio.

Yaoyorozu: ¿Pelearon de nuevo? - Cuestionó preocupada ante la actitud del más alto.

El bicolor comenzó a hacer un esfuerzo sobrehumano para no ser consumido por la maldita ira que estaba sintiendo, pero el impulso de regresar por donde había llegado y partirle la cara al de carácter explosivo parecía ser más fuerte que su autocontrol, aún así, se las arregló para no ceder ante sus impulsos.