Caballero Destellante (Naruto & Hihg School DxD)

Capítulo 1

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Caballero Destellante.

Capítulo 1: Uzumaki Naruto.

En un tenue callejón donde la luz apenas lograba filtrarse, un niño rubio de ojos azules rebuscaba en un bote de basura. Por su apariencia, parecía tener alrededor de 12 o 13 años, y su cabello, ligeramente puntiagudo y desordenado, caía suavemente sobre sus hombros. Vestía una camisa blanca, desgastada y rasgada, que mostraba las huellas del tiempo y la suciedad, y unos shorts que habían conocido días más espléndidos. Sus pies descalzos tocaban el frío y mugriento suelo del callejón, mientras su mirada inquisitiva exploraba entre los desechos en busca de algún objeto olvidado que pudiera aliviar su hambre.

¡Demonios! ¿Por qué la gente nunca tira algo que realmente valga la pena? El chico balbuceó una pregunta para sí mismo mientras dejaba de hurgar en el bote de basura y se dirigía a inspeccionar otro. Tenía que hacerlo, ya que en el primero solo encontró plástico y cartón, nada que pudiera considerarse comestible.

Al alcanzar un nuevo contenedor, metió la mano...

¡Pero qué asco...! Pensó mientras soltaba un pañal sucio que había sacado del bote, retirando la mano rápidamente como si se hubiera quemado.

¡Oh, genial! Ahora mi mano olerá a mierda. Aunque, para ser honesto, no es que mis manos estén muy limpias de todos modos. Pensó, observando sus manos sucias con el ceño fruncido, expresando un claro desdén por su situación.

¡Gruñido! ¡Ay, mierda, estoy a punto de morirme del hambre! Habló solo de nuevo el niño, abrazando su estómago mientras lágrimas cómicas en forma de cascada salían de sus ojos azules.

¡VAMOS, SO-TAAAAAAAAAAAAAN! "Un grito repentino atravesó el aire, sacudiendo con violencia los tímpanos del chico. Exaltado por el estruendo, perdió momentáneamente el equilibrio y estuvo a punto de caer al suelo, tropezando torpemente con sus propios pies."

¿Quién demonios grita de esa manera? Pensó el chico al recuperarse, mientras salía un poco del callejón para vislumbrar el origen de ese grito. El chico asomó el rostro por las esquinas del edificio y vio.

¿¡Una chica mágica!? No podía describirlo de otra forma con esa vestimenta que llevaba puesta de un rosa brillante; incluso llevaba una varita en forma de estrella en una de sus manos. La chica parecía tener entre 15 y 16 años, con una figura curvilínea exagerada para su edad. Su cabello era de color negro, atado en dos coletas.

"¿Esa vestimenta?", se cuestionó el chico, intrigado. ¿Dónde la habría visto antes? Tenía la sensación de que aquellas ropas le resultaban familiares, aunque no podían ser importantes si no lograba recordarlas. Poseía una buena memoria, pero tendía a olvidar lo que no le interesaba o lo que no le servía.

La chica mágica arrastraba consigo a una niña de aproximadamente su edad, que llevaba lentes y tenía el pelo negro y corto. Ella lucía un vestido morado que le llegaba hasta las rodillas. Detrás de ellas, una segunda niña las seguía. Esta también parecía tener la misma edad; su pelo era largo y negro, llevaba lentes y vestía un encantador vestido rosa.

El chico observó al grupo de tres chicas durante unos segundos antes de desviar la mirada hacia el bolso que llevaba la "chica mágica". Era un elegante bolso rosa que complementaba perfectamente su vestimenta y colgaba de su brazo derecho, donde sostenía su varita, mientras que con la otra mano arrastraba a la niña que la acompañaba.