Transición y Retorno (Edward Y Jacob)

2:RETORNO

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PARTE 2: Retorno

Como saben, al inicio de la historia, mostré un fragmento de la carta que Jacob le escribió a Edward como despedida. Hoy les revelo la carta completa, ya que en su primera publicación omití algunos detalles y he hecho ciertas correcciones. Así que aquí la tienen para iniciar esta segunda parte. ¡Espero que les guste!

28 de junio de 2011

Han pasado cuatro meses desde que te fuiste, y todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Los días que prometiste pasar a mi lado se han desvanecido, dejándome en esta soledad interminable. Aún así, mantuve la esperanza de que volverías algún día; esa idea fue lo único que me sostuvo. No pienses que quiero escribir esta carta, porque cada palabra que escribo me duele más de lo que puedo soportar.

Debo confesarte que, al fin, la realidad ha terminado por alcanzarme, aunque mucho después que a ti. Ahora comprendo el miedo que tuviste desde el principio y acepto que tal vez no fue el destino lo que nos unió. El odio que decías que un día nos separaría ha llegado, no como una furia, sino como una aceptación fría e inevitable. Este es el momento en que empiezo la etapa que tú deseabas para mí.

Mi naturaleza me ha llevado hasta aquí, a este punto en el que debo dejarte atrás, y finalmente lo acepto. He comprendido que mi lugar nunca estuvo a tu lado, por mucho que mi corazón se aferrara a esa posibilidad. Entiendo que hay otros caminos trazados para mí, y resistirme solo me causará más sufrimiento.

Aunque desearía que hubieras elegido quedarte, sé que debo soltar esa fantasía. Y aunque me pediste que borrara nuestros recuerdos, es algo que no puedo prometerte. Jamás podré borrar el brillo de tus ojos cuando me mirabas, ni la ternura en tus palabras cuando prometías que estaríamos bien. Ya no volverás a ser mi sol, pero siempre serás la luz que una vez me dio esperanza, que me enseñó a amar de una manera que jamás creí posible.

Pero por el bien de ambos, no puedo seguir. Verte, aunque sea en mis pensamientos, solo me atormenta más. Te pido, por favor, que no volvamos a cruzar nuestros caminos. Necesito aprender a vivir sin ti, a ser alguien diferente, aunque el precio sea olvidar lo que alguna vez fui contigo.

Te deseo lo mejor, Edward.

Con amor,

Jacob.

Se sentó en la cama que aún permanecía en su habitación, arrugando la hoja entre sus manos que Bella le había entregado con un dolor palpable. Miró por la ventana hacia el bosque, en la dirección donde se encontraba la única persona que había amado en su vida, la misma persona a la que había lastimado con el propósito de protegerlo. Ahora entendía que había cometido un error al intentar apartarse, sobre todo al saber que pudo haber muerto, y él no estuvo ahí para protegerlo. Comprendía que alejarse nunca fue la opción correcta, y, sin embargo, la persona que más amaba en el mundo ya no quería verlo.

Se quedó inmóvil, con la mirada fija en el bosque. Aunque sus ojos no podían derramar lágrimas debido a su naturaleza, la tristeza inundaba su corazón, mientras la impotencia lo consumía. Sabía que nunca volvería a verlo, no al menos por voluntad de Jacob, quien había sido claro: no deseaba volver a cruzar sus caminos. Pero, aun así, su egoísmo persistía, porque, en el fondo, haría lo que fuera para recuperarlo.

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—Está aquí.

La voz de su padre fue suave, revelando lo que toda la reserva ya sabía. Sin embargo, Jacob continuó cambiando el neumático del auto de Harry, intentando ignorar la noticia. Después de todo, Sue le había pedido el favor. El silencio cayó por unos segundos mientras retiraba el gato y la camioneta volvía a su posición. Jacob finalmente miró a su padre.

—Lo sé, papá. Sabía que volvería. No entiendo la sorpresa, se los dije a todos en la reunión del consejo, y Bella me lo confirmó esa misma noche.

Jacob comenzó a guardar sus herramientas, sintiendo la mirada de su padre sobre él. La última semana había sido un intento constante de mantenerlo ocupado, para que no estuviera solo, pero toda la situación empezaba a frustrarlo.

—¿Tienes algo más que decir, papá? Porque necesito ir a La Push. Sam quiere hablar sobre los cambios en las guardias ahora que los Cullen están de regreso.

Su padre, que había querido callar, decidió no hacerlo esta vez. Durante mucho tiempo evitó hablar sobre los sentimientos de Jacob respecto a Edward y sobre su naturaleza, lo que solo había empeorado las cosas. No podía soportar ver a su hijo sufrir más, así que reunió el valor para preguntar lo que había evitado por tanto tiempo.

—¿Irás a verlo? —le preguntó justo cuando Jacob se quitaba el overol del taller. Su hijo lo miró con seriedad.

—No, no lo haré, si es eso lo que te preocupa.

—No me refería a eso, hijo. Si quieres verlo, puedes...

—No, papá, ya no puedo y no lo haré. Hice una promesa al consejo, a la manada, y no voy a romperla. Desde el momento en que hice ese juramento, los Cullen y yo tomamos caminos separados. No me importa su retorno, no quiero saber nada de ellos. Y espero que no se vuelva a mencionar, por favor —dijo con firmeza antes de salir del taller, dejando a su padre con un nudo de culpa en la garganta. Jacob, por su parte, solo deseaba que el dolor constante en su pecho desapareciera algún día.

Y eso es todo por hoy. Nos leemos en dos semanas para el próximo capítulo. ¿Lo peor ya pasó? Quizás no, pero vienen muchas revelaciones. Nuestro querido Jacob estará más confundido que nunca, y Edward descubrirá algo que podría cambiarlo todo. ¡Si saben a qué me refiero!

Nos vemos pronto.

Con cariño, Hasley Miller.