Capítulo 13: No quiero tu sacrificio

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El poder de las hadas que residía en él gracias a su maldición empezó a hacerse cada vez más evidente y me di cuenta de que William iba a contraatacar.

-¿No te das cuenta de que somos tres contra uno, demonio? ¡Tú tienes todas las de perder!-Exclamó con voz arrogante y burlona.

El ente que habitaba el cuerpo de Aderyn sonrió una vez más, mofándose de la voluntad de William.

-¿Cómo osas humano? -Inquirió mirándolo con rabia. -No tenéis nada que hacer, soy mucho más poderoso que todos vosotros...seres... insignificantes y aburridos.-Añadió con desprecio.

En ese momento capté su atención y sentí miedo. Percibí que se había dado cuenta de mi estado de ánimo.

La criatura se reía de mi debilidad, de mis inseguridades y se burlaba del amor que yo sentía por Albert. Llevé las manos a la cabeza suplicándole que parara mientras mis rodillas se doblaban y yo caía de bruces.

Necesitábamos ayuda ¿Dónde estaba la tía Elroy?

Miré a William. Él también había notado su ausencia y el diablo empezó a reírse de nuevo.

-Os ha abandonado...-Constató.- No sé cómo habéis podido confiar en una bruja. Pobres, pobres criaturas abandonadas a su suerte en un momento como este. Pero así es el alma humana, voluble, cambiante y débil.- Se regodeó el ente que llevaba el nombre de Asmodeo.

William cerró los ojos, me pareció escuchar su voz en mi mente. Me pidió que me mantuviera apartada.

-Te digo que no vamos a formar parte de ninguna colección infernal y te pido de buena voluntad que abandones el cuerpo de esa infeliz a la que has poseído. Antes de que sea demasiado tarde.-Le advirtió intentando ganar tiempo.

Yo notaba que él estaba intentando recurrir a su energía feérica.

Su hechizo le había conferido cierto poder pero yo temía no fuera suficiente para enfrentar a aquella criatura. Su energía demoníaca nos estaba dejando sin fuerzas mientras la suya se hacía cada vez más fuerte y poderosa

Empecé a temer por él, por nosotros. Me pedía que confiara, pero yo tenía un miedo atroz a perderlo.

-No voy a abandonar este cuerpo, humano ¿bromeas? Sus sentimientos por tí son como un elixir. No puedes obligarme...No tienes autoridad sobre un Príncipe de los demonios.-Dijo mientras su mano hacía un movimiento en el aire y me atrapaba el cuello con garras invisibles.

El demonio era un maestro de la telequinesis y me sentía impotente.

-CANDY...¡NO..! ¡Suéltala! - Vi el miedo y también la rabia escrita en sus azules ojos.

El ser emitió una risilla burlona, seguro de su poder sobre nosotros.

-O si no ¿qué humano? Vuestro amor va a ser vuestra perdición ¿es que no lo veis?...Os hace débiles.- Se burló Asmodeo mientras iba apretando cada vez más.

Me ahogaba.

William frunció el entrecejo, estaba cada vez más furioso.

-¡No...!

El demonio empezó a regodearse, se reía de nuestro sufrimiento. Y William estaba cada vez más furioso y asustado.

 -Está bien, tú lo has querido, maldito...- Dijo preparándose para plantarle cara. Podía ver su aura azulada fluctuar entorno a él. Su naturaleza mágica se estaba imponiendo sobre el humano que luchaba por mí.

Con encanto  [Parte II]Where stories live. Discover now