La llegada de una nueva persona al misterioso pueblo donde se detiene el tiempo y las extrañas criaturas merodean en la noche cazando a quienes no pueden protegerse, una nueva chica que su pasado la marca con la muerte de su hermano, se ve aceptada...
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ʟᴀ ʟʟᴇɢᴀᴅᴀ ᴅᴇ ʟᴏꜱ ɴᴜᴇᴠᴏꜱ. ʜᴀʙɪᴛᴀɴᴛᴇꜱ
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(final del primer capitulo inicio del segundo capitulo, es largo)
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La mañana amaneció en el pueblo, pero una inquietante bruma parecía envolver todo, creando un ambiente tenso. A varios kilómetros de allí, la familia Matthews compuesta por Jim, Tabitha, y sus hijos, Julie y Ethan viajaba en su carabaña por la carretera, disfrutando de un tranquilo viaje familiar.
En una esquina, Ethan estaba sentado, con una expresión sombría en su rostro. Su hermana, Julie, había matado su personaje favorito de su historia.
Tabitha, viendo el rostro de su hijo, se acercó a él con un semblante amable, intentando tranquilizarlo.
-Ethan, cariño, ¿qué pasa? - pregunto con una voz suave
-Es sobre Norman... Dijo que los monstruos lo mataron.-dijo ethan con una expresión triste
-Oh, bueno... Eso es una buena noticia. Significa que Norman sigue vivo.-dijo sonriendo levemente
Ethan alzó la vista, su confusión era evidente.
-¿De verdad, mamá?-pregunto dudando
-Sí, cariño. Porque si los monstruos no pueden atraparlo, entonces significa que él está a salvo. Los monstruos no son reales- dijo tabitha a su hijo
-Pero... pero hay historias de monstruos. ¿Y si sí existen?-pregunto con curiosidad
-No, cariño. Son solo cuentos para asustar. Los monstruos no existen, y siempre hay una manera de salir adelante.-dijo acercándose y acariciándole la cabeza
Ethan parecía más tranquilo, aunque la inquietud seguía presente. Tabitha le dio un beso en la frente y regresó a su asiento, sintiéndose un poco mejor al haberlo tranquilizado.
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En el pueblo frank sale bar y se va a su casa para volver con su familia sin saber lo que paso, cuando llego noto algo extraño en el ambiente. Al llegar, se quedó parado en la entrada, observando a un grupo de personas congregadas en su patio. Un escalofrío recorrió su espalda.
-¿Hizo mi esposa de nuevo un concurso de hornear?- bromeó, aunque su voz sonó más tensa de lo que pretendía.
El grupo se giró hacia él, pero en lugar de risas, el silencio se instaló.
