Al salir de las oficinas aún seguía muy emocionando, la secretaria se acercó a el y lo llevo hacia su oficina, donde ambos tomaron asiento.
—Bueno, al ver tu rostro puedo ver que te fue muy bien ahí dentro— dijo con una sonrisa en sus labios
El rostro del mexicano se puso color carmín.
—Lo siento, es solo que estoy muy emocionado— contesto tímidamente
—Bien Sergio, te daré tus horarios, dónde pasarás clases en la academia con los omegas que también fueron admitidos—
—Yo... No tengo donde quedarme—
Comentó tímidamente—Claro que lo tienes, la compañía se encarga de tu hospedaje sergio, no tienes porque preocuparte— su respuesta lo calmo, dejo salir un suspiro.
—Gracias al cielo—
—Entonces un auto te llevara al departamento donde te quedarás y tú representante se presentará mañana temprano— estrecharon sus manos y salió de la oficina, dónde un hombre corpulento, que decía ser quien lo llevaría hasta el departamento, lo guío amablemente.
...
Primero pasaron a recoger sus maletas en el motel donde había dormido en la mañana, luego se dirigieron al departamento, al llegar vio un enorme edificio, ubicado no muy lejos del centro de la ciudad y a 15 minutos de la academia donde debía asistir.
El chofer le entrego las llaves para ingresar, se notaba que era un edificio privado, la elegancia y lo bien cuidado le dió buena señal.Al llegar abrió las puertas del departamento, lo que pensó que sería un cuarto, en realidad era un departamento completamente grande, los amplios ventanales en lugar de paredes dejaba ver una hermosa vista de la ciudad, la sala decorada elegantemente sin ningún objeto innecesario que arruine la armonía del ambiente, hasta la amplia cocina bien equipada con alimentos saludables.
El departamento contaba con tres habitaciones, las tres del mismo tamaño, así que optó por elegir la del medio, decidió dejar su maleta sobre la cama, para tomar una ducha primero, luego acomodaría sus cosas.
...
Una vez estuvo instalado se dirigió a la cocina,se dirigió a las alacenas dónde encontró avena con frutos secos y abrió la nevera para tomar el yogurt light de fresas, mezclo todo en un plato y se dirigió a tomar asiento en el sillón, encendiendo la enorme pantalla de la televisión.
En lo que comía un ruido venía de la puerta de la entrada, dirigió su mirada a la puerta y vio ingresar a dos personas.
Los dos omegas de la oficina entraron arrastrando sus maletas, uno entro con una gran sonrisa, mientras el otro se veía cansado y sin humor para convivir.—Checoo, pensé que no te vería más —
Habló George acercandose a el para darle un abrazo.—Hola de nuevo George— rió divertido por la tierna actitud del Omega.
—¿Que habitación tomaste?— pregunto el otro Omega
—La de en medio
—Bien, tomaré la de la derecha, necesito una ducha— contesto cansado, para luego dirigirse a dicha habitación
Ambos omegas en el sillón quedaron aún abrazados viendo como el otro se encerraba en su habitación, se miraron cómplices y soltaron una risita, para luego soltarse.
—Veo que les fue bien en la entrevista, me alegra que ambos hayan sido aceptados—
—Bueno, más que una entrevista, fue directamente como si ya hubiéramos estado dentro desde antes—
Comentó el rubio, viendo antojable el cereal en el tazón.