Nacido como único hijo y criado como futuro heredero de la Bratva, con mano dura y sin amor.Todo en su vida siempre fue como quiso, nadie nunca le negó nada, ¿Quería un juguete exclusivo? Lo tendría, ¿Quería un esclavo?, no hay problema lo tenía, ¿Quería que su mejor amigo de la escuela no se mudé a otro país y lo abandone?, lo tendría también y mejor aún lo tendría para siempre a su lado.
Desde pequeño tuvo un firme entrenamiento físico y con armas, pasaba horas y horas entrenando sin piedad, sabía muy bien lo que significaba el apellido Verstappen en Rusia.
A los 11 años asesino a su primera víctima, un traidor que había robado mercancía, cientos de millones de dólares, lo recordaría para siempre.
Pero eso no significa que se sienta mal respecto a lo que había hecho, ¿Se arrepentía?, por supuesto que no, el solo hizo lo que debía hacer en el momento exacto.Su padre siempre le pareció patético, era pésimo en su trabajo como Vor, perdía mucho dinero, un Alfa recesivo mediocre que le gustaba jugar con todo tipo de omegas, siempre que se acercaba a la habitación de su padre, diferentes asquerosos aromas de omegas salían de el, haciendo que sienta repulsión hacia los del otro género.
Recuerda a su madre, un Omega masculino que solo vio un par de veces, al nacer y cuando fue asesinado en la sala de la mansión, por intentar escapar, su mismo padre lo había asesinado.
¿Sintió remordimiento?, claro que no, ese Omega también fue patético, ¿Cómo se le ocurrió escapar de su dueño?.
Los omegas de Rusia no eran bien apreciados en el país, tampoco habían muchos en esas tierras frías y sin amor, era reinante y conocida por ser el lugar de nacimiento de puros Alfas.Con una gran escasez de omegas, ahí fue donde se apoderó su familia, un reinado violento que existía desde hace un par de generaciones, haciendo que quedarán a la cabeza de las mafias, la unica solución a la falta de omegas, fue llevar omegas de otras partes del mundo a Rusia, lastima que no era por decisión propia de las pobres criaturas.
*ੈ✩‧₊˚༺☆༻*ੈ✩‧₊˚
Max nunca estuvo cerca de un Omega íntimamente, le parecieron repugnantes, les había agarrado un desprecio único, desde ver a cada diferente Omega que entraba y salía de la habitación de su padre, hasta el Omega que lo había engendrado en su vientre, los odiaba por ser tan débiles y sumisos, aún si ellos no tenían la culpa de que sus condiciones hayan sido dictadas por la naturaleza.
Pero eso no importaba, porque tenía a Daniel para el, fue aún mucho mejor cuando les dieron su diagnostico a los 15 años: obviamente Max resulto un Alfa Dominante, mientras Daniel resultó ser un beta, haciendo todo más facil.
...
Una tarde su padre le ordenó encargarse de los negocios en New York, solo tendría que ir y firmar unos papeles.
Según porque eran deberes de un heredero, pero el sabía muy bien que era porque el mediocre de su padre no quería dejar de joder con omegas y encargarse de su trabajo.Sin más, tomo el jet privado junto a Daniel, su fiel compañero que nunca se negaba a acompañarlo, tampoco tenía opción de todos modos.
Aterrizaron por la tarde después de un duro vuelo de 17 horas y 40 minutos, las camionetas estaban esperando ni bien bajaran del avión.
Camino a las oficinas el trafico de New York era horrible, llevaban media hora atascados en una calle.
—Bajemos, tardaremos menos caminando— ordenó abriendo la puerta para salir del carro.
Daniel abrió los ojos por las repentinas palabras, aunque no estaba tan sorprendido, siempre se hacía lo que Max quería, le hizo una señal de silencio al chofer para que no diga nada, no proteste, ni comenté nada o podría enfadar a Max.
Ambos bajaron del auto mientras caminaban lentamente, la gente se movía sin sesar por todos lados, como hormigas.
...
Max
Cuando estábamos doblando la esquina, sentí un pequeño golpe en mi pecho, un toque casi insignificante, la risa de Daniel no faltó en salir a la luz, burlándose de mi, era el único que podía hacerlo, pues es mi fiel compañero así que lo tenía permitido.
—Auch— un quejido.
—al parecer no eres tan notable— dijo Daniel secandose las lágrimas de tanto reír.
Baje la mirada hasta encontrarme con una pequeña figura, que me observaba fascinado. Era apenas un mocoso, contextura delgada, tenía unos shorts hasta arriba de la rodilla y una camisa con un par de botones abiertos, su cabello un poco largo que hacían caer sus rizos castaños sobre su frente, se veía como si hubiera corrido, tenía el rostro sonrojado, que hacían resaltar las pequitas sobre la nariz y sus mejillas, que lo hacían ver malditamente adorable.
Sentí algo dentro de mi pecho, como si un disparo me hubiera dado justo en el corazón, pero en lugar de doler, se sintió cálido, fue algo extraño, veo que el pecoso se queda mirando mis ojos un largo tiempo, se que el también lo sintió, pero esas malditas gafas de sol que llevaba puesta no me dejaron ver sus ojos.
—¿Vas a quedarte ahí o te vas a levantar?— le pregunto Daniel con una sonrisa mientras le extendía la mano.
Vi como sus mejillas se pusieron más rojas, ¿Cuántos años tendrá?.
—Lo siento mucho no era mi intención, solo es que ... Estoy un poco atrasado, espero me disculpe— su voz era dulce, como ese delicioso aroma a vainilla que emanaba de el.
'¿Dulce?, que mierda estoy pensando '
—No es nada, no te preocupes, este tipo es como un poste— le respondió Daniel y volvió a sonreírle.
—Yo tengo que irme— dijo intentando alejarse, como si quisiera huir de ahí, tal vez noto que somos gente peligrosa.
Daniel lo tomo de la mano, y dejo un beso en sus nudillos. Eso me molestó un poco.
—Fue un placer— se despidió para después liberar su mano, el Omega le sonrió obviamente incómodo, nos rodeo y salió casi corriendo de nuevo.
Me quedé mirando en la dirección donde se alejaba, apesar de estar muy delgado tenía un buen culo, esas piernas gustosas que volverían loco a cualquiera, se verían más bonitas con mis marcas y esa cintura que se ciñe a través de su camisa, carajo, ¿porque este país permite que los omegas se vistan así?, frunci el ceño, todo en este país de mierda está mal.
—Hasta parece que quieres ir detrás de el— hablo Daniel
Lo mire molesto por su comentario.
—Dices tonterias— le respondí, girandome para volver a caminar a donde íbamos.
—Admitelo, ese Omega llamo tu atención— insistió
—Callate, ¿Quien era el que estaba coqueteando descaradamente con el?— le dije arqueando una ceja.
El se rió —Bueno, me pareció lindo, le daría una follada increíble— soltó sin más.
—Pff— bufé por su respuesta y seguimos caminando en silencio.
Daniel era el único que tenía permitido hablarme así, si fuera cualquier otro ya estaría muerto, lo dejaba hacer cualquier cosa que quisiera, pero obviamente con límites, no puedo dejar que se salga de mis manos, ya lo había dejado follarse omegas antes, uno más no sería la diferencia, mientras yo siga pudiendo usarlo a el.