Un Secreto Divino( paperhat )

la masacre.

Narrar la autora.

Los dos seres miraban al líder de los novatos con una mueca de molestia. Todos los jóvenes con trajes de policía temblaban, ya que nunca habían visto en persona al rey de los demonios y villanos.

(Sabemos que ser policía es peligroso, es precisamente en este mundo.)

En ese momento, todos parecía que el tiempo se había detenido por completo, ya que ninguno de los presentes se movía; solo miraban entre sí, esperando a que alguien atacará primero.

Está claro que esto les molestaba a los dos seres. Black hat bajó la guardia, y el ángel solo se miraba la muñeca.

Uno de los policías novatos, por los nervios, apretó el gatillo, y una bala salió disparada directamente hacia el corazón del ángel.

La bala atravesó la tela del traje que él poseía y logró atravesar también la piel de él. Esto provocó que el ángel bajara la mirada y adoptara una postura de debilidad y dolor. Llevó sus manos a la zona dañada y su respiración se volvió más lenta y débil.

(¿Qué pasó con eso de que solo los podían dañar con un arma angelical? ¿Que fue lo que pasó? ¿Acaso la autora se olvidó de eso? Esto dejará un punto débil en la historia, una mancha negra que solo se resolvería al día siguiente la creadora de este mundo tan hermoso y tan desesperante.)

El demonio veía la situación sin interés aparente, pero en su interior se preguntaba si acaso esas balas eran hechas de un material nuevo que los humanos habían creado o descubierto. En ese caso, tendría que estar más en guardia, pues si los humanos lo tenían, era muy probable que los héroes también lo tuvieran.

Dirigió su mirada hacia los policías con diversión y curiosidad, pues esto era algo nuevo que seguro lo distraería por un tiempo las estupideces de sus subordinados inútiles.

Al ver a los policías, notó que él temblaba aún más. 'Qué divertido va a ser esto', pensó el demonio, ansioso por atacar. Sin embargo, parecía que alguien más le había robado el turno, ya que una daga dorada fue lanzada hacia el corazón del policía.

El policía, con miedo, bajó la mirada y se encontró con el arma clavada en su pecho. El hombre sentía un dolor indescriptible en su pecho, provocado por la daga; pero el dolor no se quedó ahí —no, eso no sería divertido—, sino que se extendió a otras partes del cuerpo. El hombre se sintió débil y sentía que se moría lentamente.

Dejando eso de lado, la pregunta que el demonio se hacía era: ¿quién había hecho eso? El único que se le vino a la mente era el ángel, pero él estaba sufriendo por la bala. Lo miró para confirmar que él no había sido el responsable, pero al mirarlo se quedó sin palabras.

Era el ángel el responsable. Este ya no tenía una postura de debilidad, sino de valentía y fuerza. Una de sus manos seguía en su pecho, pero la otra estaba estirada, seguramente por haber lanzado el arma.

En su mirada se veía fuerza y poder. Eso no es propio de un ángel, ¿si no era un angel? entonces ¿que era? la mente del demonio estaba asimilando  todos los que se le estaba presentando.

Por el lado del ángel, el estaba más que listo para pelear. dio un paso atrás para poder agarrar impulso, pero su espalda chocó como algo solido. Extrañado miró atrás y se encontró con el gran pedazo del edificio que atrapo su ala momentos antes de que los policías llegare al lugar. Intentó jalar su ala pero fue inútil.

Qué desesperante, no puedo moverme'. Con valor, dirigió su mano al soldado moribundo que yacía en el suelo, hacia la daga. Comenzó a agitarse como si algo lo estuviera jalando, y de repente salió del pecho del hombre, dejando que se desangrara por la salida del objeto pulsante. El arma voló por los aires y llegó a la palma de la mano del ángel. En cuanto sintió el objeto en sus manos, con un rápido movimiento, se cortó la ala atrapada.