Cuando el arte se convierte en el lenguaje del deseo, las reglas cambian.
Borja Luzuriaga Ivánovich es el pintor más famoso del momento, conocido por sus obras que deslumbran y cuentan historias que tocan el corazón. Pero detrás de su éxito, Borja s...
"A veces, las mejores obras de arte se esconden detrás de una sonrisa falsa." - N.N.C
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Éxito. Esa palabra resuena en mi mente como un eco distante, recordándome quién soy: Borja Luzuriaga Ivánovich, el cuarto pintor más famoso de Medio Oriente, originario de Rusia. A mis 27 años, mi vida parece perfecta a los ojos del mundo, pero detrás de la fachada de admiración y deseo, hay una verdad sombría que me consume: he perdido la chispa, la inspiración que una vez iluminó mi camino como artista.
Desperté en una cama desmesurada, donde la soledad se siente aún más pesada. A mi lado, una joven rubia dormía plácidamente, ajena a la tormenta que rugía dentro de mí. Su belleza era enfermiza, un recordatorio de las pasiones que solía buscar, pero ahora me resultaba indiferente.
Los pasos resonaban en la mansión, un hogar que debería ser un trofeo para cualquiera, pero que se ha convertido en mi prisión de oro. En el silencio de la noche, recorrí los elegantes corredores de mi hogar. Mis ojos se posaron en las obras que adornaban las paredes, cada una representando momentos de triunfo, pero al mirarlas, solo sentí ira. "Desde niño conocí el hambre y la escasez," pensé, recordando cada batalla que luché para llegar aquí. "Me prometí que nunca volvería a vivir en la miseria." Sin embargo, ¿de qué sirve el éxito si he perdido la pasión por lo que amo?
"¿Qué sentido tiene todo esto?" resopló resignado. "¿Para qué sirve la grandeza si no puedo pintar?"
Me dirigí hacia uno de los grandes balcones, con un cigarrillo entre los dedos, observando el bosque cubierto de nieve. Lo que antes me inspiraba ahora solo me recordaba mi estancamiento. Los autos de lujo en mi garaje, los viajes en mi avión privado, las fiestas exclusivas y las mujeres hermosas: todo lo que una vez me emocionaba, ahora me aburría. El lujo se había vuelto rutina, vacío. Estaba rodeado de lo que otros desean, pero lo que me llevó tan lejos me había abandonado. ¿Dónde quedó mi chispa?
De repente, el sonido de la televisión rompió el silencio. Me asomé a la habitación principal, donde una atractiva presentadora anunciaba: "¡El joven y talentoso pintor ruso, Ivánovich, ha alcanzado el puesto número cuatro entre los pintores más influyentes del mundo! Es un honor para nuestro país..." Las palabras resonaban en mis oídos como un eco sin significado, la misma perorata de siempre.
El presentador cambió rápidamente de tema. "¡Y hablando de arte, la gran gala PrideArmoni está a la vuelta de la esquina!" Su voz vibraba con emoción. "Es la gala más importante del mundo del arte, que tenemos la fortuna de ver cada cinco años. Todos los artistas de renombre se reúnen para poner en alto sus nombres."
Estaba a punto de apagar la televisión cuando una imagen captó mi atención. Un reportero hablaba con entusiasmo: "¡Willyrex y su hijo adoptivo, Alexis Díaz, han sido vistos en las calles de Barcelona! Se presume que este año la empresa española Seraphim Arts Corporation patrocinará la gala. ¡Sin duda, esta será la más espectacular en mucho tiempo!" La pantalla mostró a dos figuras encapuchadas, rodeadas de paparazzi que los seguían de cerca.
Recordé haber escuchado miles de veces ese nombre: Guillermo Díaz, conocido en el mundo del arte como Willyrex, dueño de Seraphim Arts Corporation, la mayor corporación de galerías de arte y talento en Europa. Era una leyenda. Su empresa no solo controlaba las galerías más prestigiosas, sino que también decidía qué artistas serían lanzados a la fama. Alexis, su hijo adoptivo, había comenzado a llamar la atención como el futuro sucesor del imperio, aunque rara vez aparecía en las pantallas.
Mi mirada se centró en el más joven de los encapuchados. Aunque su rostro estaba oculto, la forma en que se movía, con una agilidad sorprendente, me intrigó. Por un breve instante, pude captar sus ojos, oscuros como la noche estrellada, que parecían buscar algo más que una salida. En ese instante, sentí un escalofrío recorrerme. El sentimiento que pensé que ahora era imposible de sentir se entendió un poco en mi interior, El interés
"Quizás, solo quizás, este evento tenga algo que ofrecerme."
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『 • ° Notas ° • 』
𖥨ํ∘̥⃟⸽⃟🖌️ Luzu: Reside en una lujosa cabaña en un bosque apartado, buscando privacidad lejos de la civilización. Alcanzó su primera gran popularidad a los 22 años y es originario de Moscú, Rusia.
