—Amor, ¿Qué hacemos? —Ángel no respondió y solo se quedó sentado en el sillón viendo por la ventana —Te estoy hablando, dime qué podemos hacer para resolver esto. Por favor, se llevaron a Dalton, la Bestia ya no es el mismo y solo falta que uno de nosotros termine en la misma situación. ¿Puedes mirarme al menos? Adriel está preocupado por ti y no has salido de esta habitación en todo el día.
El pequeño siguió sin responder y Rey ya no sabía qué más hacer. Se acercó a él, se agachó a su altura y tomó su mano, pero ni aún así dijo nada. Soltó un suspiro y se alejó de él, saliendo de la habitación y viendo a Tyler cruzar el pasillo.
—¿Lograste que dijera algo?
—No. ¿Puedes intentarlo tú? Yo ya no sé qué hacer.
—Yo ya lo intenté hace un rato y no funcionó, así que no creo que diga algo. Mejor vamos con Adriel, ha estado muy triste.
Los dos se dirigieron al jardín, donde el menor está sentado en la tumbona, los dos se acercaron a él y este levantó la mirada para verlos. Sus ojos se llenaron de lágrimas y Reyli rodeó sus hombros con su brazo y lo acercó a su cuerpo.
—No sé nada de mis padres, y mi tercer papá está sin hablarle a nadie.
—Todo estará bien.
—Se lo llevaron, ¿Qué cosas le harán? Justo ahora ya no sé qué pensar y me estoy desesperando. ¿Por qué no estamos haciendo nada? Deberíamos de estar buscándolos, ¿No?
—Deberíamos, pero Ángel no nos ha dado esa orden, así que no podemos hacer nada todavía —Adriel se limpió las lágrimas y bajó la mirada.
—¿Y qué pasa si lastiman a mi padre?
—Me gustaría asegurarte que eso no pasará, pero ni yo estoy seguro de eso. Lo único que podemos hacer por ahora, es confiar en que no lo lastimarán.
Pasaron tres días en los que el pequeño no hablaba con nadie, Oliver le hacía compañía y a pesar de que este no decía nada, no le importaba y se quedaba junto a él, puesto que no quería dejarlo solo. Le daba su mano o le llevaba comida para que al menos se alimentara y se la daba en la boca como un niño pequeño. Realmente no tenía problema en hacer eso porque quería estar para él y con él.
Claro que se encuentra preocupado por no saber nada de su hermano. No sabe qué pasó, o que le pasará, pero ha intentado no pensar en eso para mantener la calma y así poder estar para su amigo. También le ha hecho un poco de compañía a Adriel, ya saben, para asegurarse de que esté bien mientras sus padres no están nada bien. Ha estado pendiente de él, aunque por dentro se siente un poco roto.
Después de cuatro días, Ángel finalmente salió al jardín, los chicos sonrieron un poco al verlo, este se sentó con ellos, les dio los buenos días y parecía estar algo tranquilo. Ya no se veía tan afectado como al principio. Bueno, esperaba que no lo estuviera porque tienen mucho trabajo que hacer.
—Sé que han estado preocupados por mí y lo agradezco. Tengo un par de trabajos para cada uno de ustedes, así que...
—¡Me dijeron que ustedes tienen a mi pastelito!
Todos voltearon a ver a Daen, este venía hecho una furia, con un arma en su mano y mirándole con ganas de matarlos a todos. Adriel se puso de pie y se acercó a él para calmarlo.
—Tío cálmese.
—No puedo calmarme.
—¿Quién te dijo que lo tenemos? —Quiso saber el pequeño.
—Mi primo, él me lo dijo. ¿Dónde está? ¿Qué hicieron con él?
—Daen, necesito que te calmes, ¿De acuerdo? Lo tendrás de vuelta, pero primero tengo que descubrir que le hicieron para que terminara así. Además, no podemos confiarnos de él estando de ese modo.
—No me importa, es mi esposo y lo quiero conmigo.
—Daen...
—¡Dije que no me importa! Siempre los he entendido en todo, he estado con ustedes en las buenas y en las malas y entendí cuando le disparaste a mi pastelito, pero no puedo entender que lo separes de mí. ¿Y sin preguntarme? Me mentiste y me dijiste que no sabías nada de él, lo he estado buscando como un puto demente mientras que todo el tiempo supiste donde estaba.
—Tienes razón en estar enojado, pero te digo, esa no es la solución.
—Quiero a mi pastelito de vuelta, es lo último que diré —Y comenzó a alejarse de ellos. Ángel lo siguió con la mirada hasta que este desapareció. Los chicos se le quedaron viendo sin saber bien qué hacer.
—Se siguen agregando más problemas a nuestra lista. ¿Por qué mi Bestia le habrá dicho eso? ¿Quizás porque necesitan que el español esté afuera? ¿Para qué? ¿Cuál sería la intención?
—Padre, hay que ir por papá.
—No podemos.
—¿Por qué? Solo debemos buscarlo.
—No estamos tratando con principiantes, Adriel. Ellos saben lo que hacen y harán lo que sea necesario para hacerme daño. Los están utilizando a todos para ello. No sé qué pasará, pero la verdad es que no tengo todas las soluciones disponibles y me estoy volviendo loco.
Muy pocas veces se arrepentía de algo, pero, ahora, se arrepiente de haberle dejado con vida, porque de haberlo matado, nada de eso estaría pasando. Cerró sus ojos con fuerza y se aferró a la bondad de ciertas cosas, a la ida y vuelta de una vida diferente, pero no a la tristeza de una tormenta despreciable. Se quedó sentado en su sillón, sintiendo que nada lo había preparado para eso. ¿Perder a su Bestia? Ajá, claro, en otra vida quizás habría sido hasta posible, pero no en esa.
Aaron es todo lo que ha querido en la vida, ¿Cómo es posible que haya pasado eso? Y sí, Matias lo ha jodido fuerte porque pensó muy bien en qué podía utilizar para hacerle daño. Debería de darle crédito por ello. Se pasó las manos por el rostro y recostó su cabeza del sillón, cerrando los ojos y pensando en qué camino tomar, porque a partir de ahora todo será complicado. Escuchó la puerta siendo abierta y observó a Oliver, este se fue acercando hasta sentarse en el piso frente a él, tomó su mano y le regaló una pequeña sonrisa.
—¿Quieres que haga algo por ti?
—Estoy pensando en nuevos planes. Mi hermano es fuerte, Oli, dudo mucho que pueda hacer algo contra ellos sin que él se entere.
—¿Y no hay otra manera? Es decir, ¿No puedes encontrar otra solución? No podemos dejar que nos ganen. Si quieres puedo ser la distracción de cualquier plan. No lo sé, solo quiero ser de ayuda. Te veo ahí sufriendo y no puedo dejar de preocuparme por ti.
—La única ayuda que quiero, es que estés ahí para mí, no necesito llevarte a la muerte, Oli y tampoco deseo eso. Solo tengo que pensar bien para poder ganarle a mi Bestia sin destruirlo
Tal vez tenía muchos planes, pero llevarlos a cabo era lo complicado. Ahora tenían a Dalton, lo que hacia la situacion más difícil. El pequeño terminó saliendo para ir a la casa de su hermano. Se subió a su camioneta y arrancó, ladeó una sonrisa, aquella sonrisa que tal vez significaba algo, pero que no decía mucho. Tarareó una canción y cuando llegó, lanzó las llaves hacia arriba para atraparlas de nuevo. La puerta se abrió y Caleb salió corriendo hacia él, abrazándolo con fuerza.
—Geme, te extrañé.
Ángel sonrió y ambos entraron a la casa.
—Te hice algunos postres. Ah, también compré tu refresco favorito para que estés cómodo. Ve yendo, te llevo todo.
—Gracias, ¿Y Asher?
—Salió un momento a comprarme unas cuantas zanahorias.
Se dirigió al sótano, abrió la puerta y observó todos los monitores y aquella pizarra muy característica. Se acercó a esta, le quitó la tela negra y observó todo su avance. Caleb entró y fue colocándole las cosas en un mesita. Ángel volteó a verlo con una sonrisa ladeada
—Bien, hermano, tenemos trabajo que hacer. El titiritero está de vuelta...
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Bajo Mi Infierno
Mistério / SuspenseSÉPTIMO LIBRO A la Bestia le tocará hacer todo lo posible por encontrar a su hermano. Los demonios más violentos han sido liberados y los desastres serán parte de su búsqueda. ¿Podrá lograr encontrarlo y llevarlo a casa? La venganza será un plato q...