Los labios de Jungkook se movieron con suavidad contra los de Jimin, y la habitación se llenó de una energía palpable que los envolvía. Las manos de Jungkook exploraban con delicadeza la espalda de Jimin, mientras este se perdía en la calidez del momento. El roce de sus cuerpos encendía una llama de deseo que ambos habían intentado ignorar, pero que ahora era imposible de contener.
El roce que creaba Jimin resultaba imposible de ignorar para Jungkook, que intenta controlar sus deseos desenfrenados de follarle allí mismo. El meneo sobre su erección explotaba en un placer innegable.
El corazón de Jimin latía con fuerza, una mezcla de anticipación y nerviosismo. La luz tenue del lugar realzaba cada detalle, y en la penumbra, sus ojos brillaban con un fuego nuevo.
—Esto... —comenzó Jimin, sintiéndose un poco abrumado—. ¿Es lo que quieres?
Jungkook lo miró intensamente, su voz cargada de deseo. —No hay nadie con quien preferiría estar. Quiero explorar esto, contigo.
Las palabras de Jungkook resonaron en el pecho de Jimin, y aunque las dudas aún rondaban su mente, el deseo era innegable. Se acercaron más, y en un instante, las barreras se desvanecieron. Jungkook rodeó la cintura de Jimin con sus brazos, atrayéndolo hacia él, y la cercanía hizo que la respiración de ambos se acelerara.
A medida que el beso se profundizaba, Jimin se entregó completamente al momento. Sus manos buscaron la cabeza de Jungkook, acariciando su cabello mientras se dejaba llevar por el fuego de la pasión. El mundo exterior se desvaneció, y todo lo que existía era la conexión entre ellos, la mezcla de deseo y ternura que se desbordaba.
Jungkook, sintiendo que la intensidad del momento crecía, comenzó a explorar con sus manos. Las caricias se volvieron más audaces, y cada roce era un susurro de lo que podría venir, sus manos descubriendo la sedosa piel bajo las prendas de las que fácilmente se deshizo. Jimin, aunque un poco nervioso, respondió a cada caricia con un ardor que lo sorprendió a sí mismo.
Con una sonrisa pícara, Jungkook hizo que Jimin se recostara sobre el sofá, su cuerpo suave contra la tela. La luz tenue iluminaba sus rostros, revelando la chispa en sus ojos y la desnudez del cuerpo contrario. Jungkook se inclinó hacia Jimin, sus labios apenas a un susurro de distancia.
—Eres increíble, ¿sabías? —dijo Jungkook, su voz cargada de admiración mientras sus manos apretaban aquel trasero que lograba volverlo loco.
Jimin sintió cómo una oleada de calidez lo envolvía. Era la primera vez que alguien lo miraba de esa manera, y la intensidad de su mirada lo llenó de un sentimiento que nunca había experimentado.
—Tú también —respondió Jimin, sintiéndose vulnerable pero seguro a la vez.
Las manos de Jungkook continuaron su viaje, explorando cada rincón de la piel de Jimin mientras sus labios regresaban a su boca, cada beso más apasionado que el anterior. Las dudas y los temores comenzaron a desvanecerse en la bruma de la conexión que estaban forjando.
Pronto, el aire se llenó de gemidos suaves y susurros, mientras la tensión acumulada entre ellos se convertía en una danza de exploración y descubrimiento. Jimin se dejó llevar, sintiendo cómo su corazón se llenaba de una mezcla de amor y deseo que nunca había creído posible.
Jungkook se inclinó sobre él, sus labios rozando su cuello, enviando escalofríos a través del cuerpo de Jimin. En ese momento, Jimin supo que lo que estaban compartiendo era más que un simple encuentro; era una conexión que prometía ser intensa y transformadora.
Un gesto de afirmación, Jimin aceptó aquella suplica en los oscuros ojos de Jungkook, quien con sus labios sobre los de Jimin comenzó a penetrarle con sus largos dígitos. Uno tras otro, hasta que tres dedos se encargaron de prepararlo para la gran intromisión.
Jadeos escandalosos comenzaron a ser expulsados de los suaves labios de Jimin.
—No puedo más, Jimin. —dijo, con su voz pesada cargada en deseo.
Como respuesta, Jimin asintió y un gemido de placer abandonó su garganta cuando el gran falo se colo por sus paredes anales, sin afán de contener el gran deseo que le jodía desde hacía unos minutos.
—Maldición. —expresó Jungkook, mordiendo sus labios para controlar sus impulsos de follarle con fuerza.
Mientras sus cuerpos se movían en un vaivén de pasión y ternura, la noche se transformó en una celebración de su deseo mutuo. El mundo exterior se desvaneció por completo, y todo lo que existía era el calor de sus cuerpos y la profundidad de sus miradas.
—¡Oh, Dios! —jadeó sin compasión Jimin. Su cuerpo siendo un manojo de placer, caricias que se convertían en fuertes agarres mientras era penetrado con brutalidad.
La gran polla le golpeaba con más fuerza cada segundo y no le quedaba más que gemir y dejarse a su merced. El sudor de Jungkook caía por su frente, sus ojos se cerraron con fuerza cuando el culo de Jimin se apretó en su longitud. Y, finalmente, con un ronco gemido terminó dentro de él.
Ambos se quedaron allí, envueltos en las sábanas, sus corazones latiendo al unísono. Jimin miró a Jungkook, sintiendo una calidez que no solo provenía del contacto físico, sino de la conexión emocional que habían forjado.
—No puedo creer que esto esté pasando —dijo Jimin, con una sonrisa que iluminaba su rostro.
—Y sin embargo, aquí estamos —respondió Jungkook, sonriendo de vuelta, su mirada llena de complicidad y cariño.
La noche se desvaneció, y en su lugar, una nueva era de posibilidades se abría ante ellos.
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Explicit Ver. (Kookmin +18)
Aléatoire☑ | Jimin, atrapado en la perfección de su carrera, encuentra en Jungkook, un cantante rebelde y descarado, la chispa que siempre le faltó. Lo que comienza como una colaboración peligrosa, pronto amenaza con romper todas sus barreras. "No preguntes...