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Luffy no entendía del todo lo que estaba mal, pero sabía que algo se había roto. Llevaba días tratando de descifrar en qué dirección iba su relación con Law, cada vez más distante, envuelta en un silencio que antes no existía. Apenas se veían entre clases, y la comunicación era escasa, casi fría. Luffy entendía que Law estaba en su último año de universidad, entregado a su carrera como artista plástico. Law era increíble, un talento nato en dibujo, con una mente lógica y precisa, bueno tanto en las letras como en los números. Meticuloso y calculador en su campo.

Él, en cambio, era una contradicción ambulante. Apenas iba en su segundo año y se había inscrito en el club de béisbol, convirtiéndose en capitán junto con Usopp, mientras que Nami, animada (o más bien obligada) por Vivi, había acabado en el equipo de porristas. Sus horarios no coincidían y sus mundos parecían cada vez más lejanos.

—¿Acaso estás en este mundo, jovencito?—la voz del profesor lo hizo sobresaltarse.—D. Luffy, más te vale mejorar estas notas o nos veremos el próximo año

Luffy miró el examen que le tendía el profesor, reprobado otra vez. Se quedó mirando el papel, derrotado, y dejó caer la cabeza sobre él.

Zoro, que estaba sentado a su lado, le quitó el examen y se rió.

—¿Otra vez reprobaste?—se burló—. Te vas a meter en problemas, deberías pedir un tutor. Si vuelves a recursar una materia, tu abuelo va a matarte

—Lo sé, lo sé... Volverá a cortarme la tarjeta y esta vez me sacará del equipo de béisbol.—Luffy suspiró mientras le arrebataba el examen a Zoro.

—Eres un idiota, pero un idiota rico. Sólo consigue un tutor. Koby es bueno, me ayudó el semestre pasado. Incluso Boa-san podría echarte una mano.—Zoro lo tomó por el cuello y le revolvió el cabello con el puño, tratando de animarlo.

Luffy suspiró de nuevo.

—Tienes razón, voy a buscar uno. Necesito pasar el examen, no puedo recursar esta materia otra vez

Recogieron sus cosas y se dirigieron juntos a la cafetería, buscando algo refrescante. El verano estaba en su apogeo, y el calor era insoportable. De pronto, sintió un tirón en su camiseta y algo suave, amarillo y rojo, golpeó su rostro: Un pompón.

—¿Qué tal te fue en el examen?—preguntó Vivi, dándole una palmada en la espalda. Llevaba puesto su uniforme de porrista, ajustado y brillante, y le sonreía con complicidad—. ¿Podrían pedirme un bubble tea de fresa?

—Claro, Vi—Luffy le dio un codazo a Zoro, y este sólo bufó antes de ir a pedir el pedido.

—Reprobé de nuevo—admitió Luffy, encogiéndose de hombros—, así que tendré que repetir el examen el mes que viene. Voy a buscar un tutor

—No es tan malo, Lu. Estoy segura de que podrás lograrlo. Hay muchos tutores buenos por aquí—lo animó Vivi, guiñándole un ojo.

—Aquí tienen, chicos.—Zoro les pasó las bebidas y se acomodaron en una mesa, charlando animadamente.

Vivi se soltó la coleta, dejando que su cabello cayera en ondas mientras sacaba un cepillo de su mochila para peinárselo. Miró a Luffy, que bebía de su bubble tea en silencio, perdido en sus pensamientos.

—¿Y cómo van las cosas con Law? Vi que estuvieron en un concierto hace poco—preguntó Vivi con suavidad.

Luffy suspiró. Esa pregunta se le clavó como una espina, y su rostro abatido no pasó desapercibido. Vivi le acarició el cabello con ternura, mientras Zoro lo miraba desde el otro lado de la mesa.

—Nuestro chico la está pasando mal—Dijo Zoro con un tono de compasión.

—Son los horarios—murmuró Luffy—. Estamos ocupados, bueno, más bien él. Está en su último año y es tan perfeccionista que ni quiero interrumpirlo, pero hay algo que no me gusta—Se detuvo, mordiéndose el labio, con una mezcla de celos y desconfianza en la mirada—. Hay un chico nuevo de intercambio desde el semestre pasado, y Law lo ayuda con inglés, porque él apenas sabe alemán. Siempre están juntos... Y no puedo evitar sentir que algo no encaja. Esa sonrisa, esos ojos, esa estúpida risa...

𝑱𝑬𝑨𝑳𝑶𝑼𝑺 𝑮𝑼𝒀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora