La hija del circo

Como llegó hasta mi

Cuando María tuvo a su hija, al ver lo que pasó con el, no quiso quedársela. Así que la dejó en una casita que había en el recinto del circo con una nota...

"estimado/a persona:

No puedo hacerme caso de ella, no puedo ni mantenerme a mi misma, a parte de que con lo que os voy a contar no me creáis... Cuando fui a una fiesta me acosté con un chico, que al parecer era el rey del infierno, yo tampoco me lo creí cuando me lo dijo. No puedo mantener a mi hija y se me hace fácil abandonarla por lo sucedido

gracias por cuidarla.

posdata, su nombre es Aeanía"

Y así es como Aeanía llego hasta mis manos. A pobres manos de un Artista de Circo. 

Cuando encontré la cesta enfrente de mi casa después del espectáculo, la metí dentro de la casa porque parecía tener frio, le vi unos cuernecitos que le sobresalían del pelo. Era una niña preciosa, pero al leer la carta no sabia si quedármela, porque ¿Cómo iba yo a criar a una demonio? Pero mientras estaba pensando Aeanía empezó a llorar, y un sentimiento de amor inundó mi corazón y decidí quedarme con ella.

En cuanto en el circo lo escucharon, la mujer barbuda y el domador de leones se acercaron a mi casa y llamaron a la puerta.

-¡¡¡Rasht!!! ¿de quien es ese bebe?- dijo Rosmelta, la mujer barbuda.

Yo les conté todo lo sucedido, lo del bebe en la puerta, la carta y les enseñé a la niña. Así que la presentamos a todo el circo, Y juramos criarla entre todos. Rosmelta dije que le enseñaría cultura, historia y algo de matemáticas, Carl, el domador de leones,  le enseñaría a ser buena con los animales, y así fue aprendiendo la niña.

Los meses pasaron volando, literalmente, al ser hija de un demonio, ella podía levitar, cosa que hacía involuntariamente, hasta que aprendió a caminar. y cuando pasó el año, le enseñaba el circo y le dije que en el futuro todo eso seria suyo.