Bachira;
Tenía la impresión que no iba a decepcionarme de esta salida, será porque el chico siempre seguía mi ritmo a la charla, y si yo soltaba la peor estupidez, el ser reía y me decía algo peor.
Me había invitado a pasear por la playa, y yo, que no pisaba la arena cálida tenía los pies entumecidos por el contacto con el calor.
Vivir en la ciudad me tenía obligado a usar siempre zapatos formales para asistir al instituto. Estaba cerca de la graduación así que necesitaba verme formal. La vida adulta da tanto miedo que estar aquí caminando, escuchando como el agua se rompe al golpear la orilla me llenaba de tanto, me tranquilizaba pensar que quizá aquí todo era más calmado, una ciudad pequeña con vista al mar.
El viento seguía corriendo y tener a Isagi al lado conversando o hablándome de su vida me hacía sentir cómodo y menos solo.
"Capaz esta confusión no fue tan mala... quizá haya sido el destino." Pensé
La tarde se deslizaba lentamente hacia la noche, y el sol comenzaba a hundirse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Me gustaba este momento. Era como si el tiempo se detuviera, sus ojos azules hacían juego al mar que se oscurecía cada vez más, mirarlo era curioso.
Tenía cara de cualquier protagonista de shonen básico.
Pero guapo.
—¿Así que pintas? —preguntó mirando directamente mis ojos.
Y me eclipsó. Como el sol y la luna.
—¡Sí, es lo que más amo! —Respondí feliz, ignorando el echo que sus ojos en mí se sentían como un portazo en la cara, o un temblor infantil. —Desde chico pensé que mi mayor sueño era vivir del arte, mi mamá se dedicaba a eso, y vivíamos frente al mar, aprendí de ella a pintar mis sentimientos. No soy bueno con las palabras, para todo es un amarillo o azul... un rojo o violeta.
Creo que lo sorprendí con mi repuesta que lo veía bastante concentrado en lo que yo decía, mirándome los labios estaba, quizá quería leerlos a ver que decía después. Digo.
—¿Y qué es lo que sientes cuando pintas? —preguntó Isagi, su voz suave se mezclaba con el murmullo del mar, y por un momento, me olvidé de todo lo demás.
—Es difícil de explicar. Cuando empiezo a pintar, siento que el mundo se apaga y solo existo yo y el lienzo. Es como si pudiera sacar todo lo que llevo dentro. A veces, los colores gritan más que las palabras. Solo me siento frente al caballete y conecto, y me suelto en un desastre —respondí, sintiendo que las emociones fluían mientras hablaba.
Isagi sonrió, esa sonrisa traviesa que parecía tener un poder magnético. Era como si su interés me empujara a abrirme aún más.
—No sabía que los colores pudieran hablar. Quizás debiera intentar pintar yo también, aunque dudo que mis garabatos digan algo —dijo, riendo.
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𝐂𝐑𝐎𝐒𝐒𝐄𝐃 𝐂𝐀𝐑𝐃𝐒; ★
Fanfiction-☆ Como acto simbólico, Bachira decide deshacerse de todas las cosas que le traían recuerdos de uno sus ex-casi algo, así que empaca todo y lo envía por correo. Solo que por la ira, no anota bien la dirección y su paquete termina muy lejos de don...