La suave luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas de la ventana del departamento de Min Yoongi, quien se encontraba en su escritorio revisando documentos. Era el mejor abogado de Corea, conocido por su habilidad para desentrañar la verdad en los casos más complicados. Sin embargo, su mente estaba lejos de las leyes y las sentencias; estaba en su vecino, Park Jimin.
Jimin era el epítome de la dulzura. Con su risa contagiosa y su ternura, iluminaba el pasillo del edificio donde ambos vivían. Pero detrás de esa fachada encantadora, Jimin vivía atrapado en un matrimonio tormentoso. Su esposo, un hombre posesivo y violento, hacía que Jimin temiera por su vida y su bienestar. Yoongi había sido testigo de numerosas discusiones, pero siempre respetó el deseo de Jimin de no intervenir, temiendo las represalias que podría enfrentar. Cada grito desgarrador que resonaba a través de las paredes era un puñal en el corazón de Yoongi.
Esa noche, el aire estaba tenso. La discusión comenzó de nuevo, y los ecos de los gritos de su esposo resonaban en la mente de Yoongi. Se levantó y se acercó a la ventana, esperando que Jimin estuviera bien. Pero, justo cuando el silencio reemplazó a los gritos, escuchó un fuerte estruendo. Su corazón se detuvo. El sonido provenía de la cochera, y un momento después, el auto del esposo de Jimin salió disparado.
Durante tres días, el silencio reinó en el vecindario. Yoongi sentía la inquietud en el aire, un presagio oscuro. Fue el tercer día cuando el cuerpo del esposo de Jimin fue encontrado cerca del bosque, su auto estacionado a un lado. La noticia corrió como un reguero de pólvora, y la ciudad rápidamente comenzó a señalar a Jimin como el culpable.
Las miradas acusadoras y los murmullos se multiplicaron. La policía, ansiosa por cerrar el caso, comenzó a interrogar a Jimin. A pesar de su devastación, Jimin se mantuvo firme, su dolor evidente pero su actitud de esposo desconsolado fue ignorada por los que buscaban un culpable.
Fue en medio de todo este caos que Yoongi tomó una decisión. No podía permitir que el hombre que había amado en silencio fuera tratado de esa manera. Se acercó a Jimin, quien se encontraba sentado en la sala de su departamento, con lágrimas deslizándose por su rostro.
—Voy a probar ante el juez tu inocencia —declaró Yoongi, su voz firme pero suave.
Jimin levantó la mirada, lleno de desesperación.
—Pero Yoongi… yo maté a mi esposo.
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Bienvenidas pasteleras 🎂
Esto es lo más humilde que pude hacer, espero disfruten la historia.
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La Luz en la Oscuridad
Cerita PendekYoongi hará hasta lo imposible para demostrar que su dulce vecino es inocente.