Si tú supieras |Richard Rios|

Reconstruyendo Puentes

Sofía 💖

Amanecí con una mezcla de sentimientos: nervios, esperanza, pero también cierta tristeza. Había sido una semana agotadora, llena de emociones intensas y muchas lágrimas. Pero después de hablar con Richard y de que intentara acercarse con sus detalles, sentí que tal vez, solo tal vez, podríamos empezar a sanar.

Al levantarme, me encontré con un ramo de flores frescas en la mesa. Rosas, mis favoritas, envueltas en un papel elegante. Sonreí, recordando cómo Richard siempre prestaba atención a esos pequeños detalles. Quizás era su forma de decirme que estaba realmente comprometido en arreglar las cosas.

Decidí pasar el día enfocándome en mí misma, y aproveché para hacer cosas que me alegraran. Me fui a un café cercano para tomarme un momento de calma y reflexionar sobre todo lo que había pasado.

Cuando volví al apartamento, Richard ya estaba ahí, esperándome en la puerta.

-Pensé que podíamos ir a comer juntos y pasar el día. No tengo nada más planeado, todo el día es para ti -dijo, mirándome con esa mezcla de cariño y arrepentimiento que había visto tantas veces en los últimos días.

-¿Todo el día? -le respondí con una leve sonrisa, tratando de disimular la pequeña inseguridad que aún sentía.

-Todo el día. Prometo no mirar el celular ni una vez -añadió, sacando su teléfono y apagándolo frente a mí como símbolo de compromiso.

Nos dirigimos a un centro comercial en la ciudad. Richard estaba decidido a hacerme sonreír, y aunque al principio me sentía un poco incómoda, poco a poco logré relajarme y disfrutar del momento.

Mientras caminábamos de tienda en tienda, él estaba atento a todo lo que me llamaba la atención.

-Ese vestido te quedaría perfecto, Sofi. ¿Quieres probártelo? -me dijo, señalando uno que realmente me había encantado.

Asentí, y entré en el probador. Al mirarme en el espejo, me sorprendí al notar una ligera sonrisa en mi rostro. Recordé los buenos momentos que habíamos pasado juntos, y por primera vez en días, sentí que tal vez podríamos superar esto.

Salí del probador y vi a Richard esperándome, mirándome con admiración.

-Estás hermosa, Sofía -dijo suavemente, acercándose para tomarme de la mano.

Después de un rato de compras, nos sentamos en un restaurante a cenar. La conversación fue ligera al principio, pero poco a poco nos fuimos abriendo.

-Sé que nada de esto ha sido fácil para ti, y entiendo que la confianza se rompió -dijo él, mirando su plato con una mezcla de arrepentimiento y vulnerabilidad-. Pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para recuperarla.

Lo miré, sintiendo que mis ojos se llenaban de lágrimas.

-Yo también quiero arreglar las cosas, Richard. Pero necesito tiempo. Necesito sentir que realmente estás comprometido y que lo que pasó no volverá a ocurrir.

Asintió, apretando mi mano.

-No tienes que preocuparte, Sofía. Lo último que quiero es perderte.

Terminamos la cena en silencio, pero un silencio cómodo, de esos que hablan más que las palabras. Al regresar a casa, me abrazó fuerte, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que ese abrazo era sincero, lleno de promesas que, quizás, esta vez sí se cumplirían.

Entramos al apartamento y me senté en el sofá, mirando las flores en la mesa. A pesar de todo, sentía una chispa de esperanza. Sabía que sería un camino largo, pero hoy, por primera vez, sentí que podríamos encontrar una forma de avanzar juntos.