Debut

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Anabela

[Hoy es mi debut; no puede ser porque no me trago la tierra.]

En dos días he tenido que aprender todo lo que ellas han aprendido en años.

Pero para mí hacer esto solo es tener intimidad con un hombre y ser sumisa a sus acciones.

Silvana me ha hecho la vida imposible; cada vez que puede me golpea, me humilla y además les dijo a las demás quién era mi padre, y pues todas me tratan muy mal.

Fátima es la única que me ha enseñado todo de este nuevo mundo en el que estoy viviendo.

Estoy sentada frente al espejo; no veo mi rostro ni me reconozco; estoy exageradamente maquillada.

Me doy cuenta de que la ropa que traigo es un corset blanco muy ajustado que hace que mis pechos quieran salir y unas bragas muy pequeñas sexis, con unas pantimedias blancas y con unas alas de ángel; eso fue orden de Abdel. Y según Fátima traigo mucha ropa, pero yo sé que estoy desnuda.

Veo a Fátima que solo trae una minifalda y unas mini bragas.

No trae sostén, únicamente un simple adorno que cubre sus pezones. Me siento incómoda al estar así de desnuda.

—Vamos, si llegamos tarde, Abdel nos matará a ambas —me dice Fátima y me toma de la mano jalándome.

Me levanto rápidamente, salimos de la habitación, vamos por el corredor y llegamos a la enorme sala donde llegan todos los hombres y también mujeres...

Hay muchas mujeres practicando sus bailes; algunas en mesas exclusivas, otras bailando tuvo y las que creo que son más caras están en la parte de arriba bailando y viendo por una vidriera hacia abajo.

Fátima me lleva hasta la parte de atrás del escenario principal.

Las horas pasan y veo por la cortina como comienzan a entrar muchos hombres de todas las edades y físicos.

Estoy nerviosa, no quiero salir y tener que bailar ante ellos, o no sé qué vaya a pasar.

Veo como la sala principal está algo oscura, con poca luz y con luces led por todos lados.

Se escucha la música; las demás comienzan a bailar. Después de unos minutos, veo muchas cosas algo incómodas.

Parejas besándose, otras teniendo sexo en cualquier lado, drogas, alcohol: es un caos aquí.

—Todavía estás a tiempo de aceptar mi oferta —escucho la voz de Abdel a mis espaldas. Me giro para verlo.

—Tú sabes cuál es mi respuesta —le digo firmemente.

—¡En el momento que salgas a ese escenario te arrepentirás de no aceptarme! —me advierte enojado.

—Me vale una mierda —le contestó. Me ve a los ojos firmemente.

—Espero que para mañana digas lo mismo —me dice.

Observó que Abdel se sube al escenario principal y la música se detiene.

—Caballeros, hoy es una noche muy especial. Hoy será el debut de una de mis nuevas chicas —se escucha como algunos gritan y otros aplauden—. Esta chica tiene algo muy especial; espero sus pagos en mi mesa —dice eso y apunta hacia donde estoy yo.

Comienzo a caminar para atrás, pero siento que alguien me empuja y salgo a través de la cortina cayendo al piso; volteo hacia atrás y veo que es Silvana.

Me levanto del piso y veo a todas las personas que hay; siento muchas miradas en mí.

Abdel me toma de la mano y me saca de ese lugar y me lleva a una habitación a solas.

Eres mi venganza y mi perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora