Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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El hombre fue llevado en la primera camioneta. Solo avanzaron hacia el lugar cuando verificaron que el sitio era seguro para Jisung. Al llegar la desolación del lugar era evidente.
Jisung bajó del vehículo sintiendo cómo el viento fresco acariciaba su piel mientras que el alfa del bar que estaba junto a él lo miraba con temor.
— ¿Es aquí? — preguntó Jisung con su tono sereno aunque cada palabra tenía un peso que el otro hombre sentía.
— Sí, se lo juro — respondió el alfa con voz temblorosa.
Uno de los hombres tocó la puerta de la casa. Al no obtener respuesta entraron a la fuerza. El estado de la casa era deplorable casi parecía abandonada. Jisung frunció el ceño observando el polvo y el desorden. Justo cuando iba a dirigir la palabra al alfa del bar una voz retumbó en la casa.
— ¿Por qué diablos entraron así en mi casa? — un alfa apareció furioso desde una habitación lateral.
Jeongin siempre alerta se movió rápido colocándose delante de Jisung. Sus movimientos eran precisos, calculados protegiendo al omega sin necesidad de palabras.
— Queremos hablar contigo — dijo Jisung con calma, su voz resonando en la sala en ruinas.
— ¿Hablar? ¿Después de tirar mi puerta? — el alfa se burló — No pienso hablar con ustedes menos después de esto.
Jisung mantuvo la mirada fija en él, inmóvil. Jeongin se tensó pero Jisung le indicó con un pequeño gesto que no interviniera todavía.
— Solo dinos dónde está tu hermano — dijo Jisung directo sin perder tiempo en más rodeos.
El alfa soltó una carcajada amarga cruzando los brazos.
— ¿Así que se trata de esa basura? — rió pero había algo nervioso en sus ojos — No sé nada. Hace años que no lo veo, están perdiendo el tiempo.
Jisung entrecerró los ojos. Sabía que el hombre mentía o que al menos no decía toda la verdad.
— ¿No sabes de él pero sabes de tu madre? — insistió Jisung, cada palabra calculada para hacer reaccionar al alfa.
El hombre lo observó con más atención ahora, sus ojos deslizándose sobre Jisung con cautela. El nerviosismo era palpable en su postura y el cambio en su expresión no pasó desapercibido.
— ¿Qué estás insinuando? — murmuró, inquieto.
— Nada. Solo queremos hablar con tu hermano — dijo Jisung con su voz inmutable. Pero sus ojos fijos en los del alfa decían algo más.
El alfa apretó los dientes, su burla desvaneciéndose. La presión que sentía aumentaba rodeado de cinco hombres y sobre todo, ese omega que irradiaba una calma inquietante.
— Ja, ¿qué pasa? ¿Te embarazó y te abandonó? — intentó bromear el alfa pero su risa sonó forzada. La mirada fría de Jisung lo hizo detenerse de inmediato.
