Sudando y con el corazón a mil, ******* corría entre la multitud de Seúl. La lluvia caía a cántaros, empapándolo por completo, pero no sentía el frío. Solo sentía un vacío creciente en su pecho. Sacó su teléfono y marcó su número por enésima vez. El tono de llamada sonó interminablemente, seguido del molesto pitido del buzón de voz. Maldijo en voz baja y volvió a marcar. Recordó la última vez que la habían visto juntas, riendo en aquel café cerca del río Han. Ahora, la idea de no volver a verla lo destrozaba. Al llegar a su apartamento, subió las escaleras de dos en dos, sin aliento. Con una llave temblorosa, abrió la puerta y allí estaba, tendida en el sofá, inmóvil. Sus ojos, normalmente brillantes y llenos de vida, estaban ahora cerrados. Una lágrima solitaria rodó por su mejilla. Se arrodilló a su lado, tomándola suavemente de la mano. Estaba fría como el hielo. Un flashback lo transportó a horas atrás, corriendo desesperadamente por las calles de Seúl, la lluvia empapándolo, el teléfono en la mano. La imagen de ella, sonriendo, se desvaneció, dejando un vacío insoportable.
CINCO DIAS DESPUES DE LA TRAGUEDIA
******* se encontraba sentado en la misma habitación, mirando fijamente el océano. La habitación, antes llena de vida, ahora parecía un museo de recuerdos. Tomó la pequeña caja de terciopelo que contenía su fotografía y la acarició suavemente. 'Ya no tengo motivos para quedarme aquí', murmuró, mirando fijamente el horizonte. 'Creo que volveré a Japón y cumpliré su última petición'. Cerró los ojos, imaginando su sonrisa y sintiendo una paz que hacía mucho tiempo no conocía.
HOY - JAPÓN
Abrió la puerta de su apartamento y se encontró con una sorpresa inesperada: su primo, lo esperaba con una sonrisa. "¡No me digas que no estás feliz de verme!" exclamó su primo, abrazándolo.
-No es eso... es solo que no me......avisaste que vendrías.
-Se me pasó, perdón - dijo su primo, rascándose la cabeza con una sonrisa un tanto sarcástica.
-Ya que....entra de una vez, no te quiero cuidar si te enfermas
Después de los saludos iniciales, su primo preguntó por Raiha, la hermana menor de Fuutarou. Al saber que no estaba, se mostró un poco desanimado.
-Cuanto tiempo... ¿Y dónde está Raiha? Me acuerdo que cuando me fui hace cuatro años, no paraba de llorar en el aeropuerto.
-Está afuera con unas amigas.....por cierto....¿No se supone que tu te ibas a quedar en Corea por mas años?
- .........¿Qué estabas haciendo antes de que llegara?-preguntó Kintaru, cambiando de tema.
-Ordenando cosas. Iba a ponerme a estudiar -respondió Fuutarou con un suspiro.
-Ya veo. Oye, ¿te acuerdas cuando nos peleábamos y entrenábamos kung fu y boxeo? ¿Aun sigues entrenando? -preguntó su primo con una sonrisa pícara.
-Ya no, hace rato que no entreno y creo que ya estoy oxidado , además después de lo que pasó... empezó a decir Fuutarou-,pero se detuvo por la interrupción de su primo Kintaru
-Después de lo de esa chica en Tokio, te prometiste solo estudiar y bla bla, cuantas veces ya me has dicho ese cuento,....para que me lo sepa de memoria - Frunciendo la boca
Fuutarou bajó la mirada-No quería hablar de eso.......idiota-
La conversación se interrumpió cuando Raiha llegó a casa, se llena de alegría al ver a su primo. Sin embargo, su felicidad se desvaneció al notar la tensión entre Fuutarou y su Kintaru.