Eyes don't lie

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«No me lleves al cielo, mejor fóllame en el infierno»

–The Bad Angel, Nikki Idol.

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Sinceramente, la culpa era de la gran bocota metiche de Félix.

Las personas normales solían pensar que estar encerrado en un edificio con los mismos siete chicos, las 24 horas del día, los 365 días del año, más el tiempo previo que compartieron, sería una tortura aburrida e insípida. ¡Lo que estaba lejos de ser remotamente cierto! De hecho, los chicos disfrutaban bastante estar juntos en sus tiempos libres, pasando agradables tardes de juegos y diversión los fines de semana. Algunas veces eran restaurantes, otras museos, centros comerciales y centros turísticos, paseos en parques o dependiendo del país donde se encontraran también se incluían visitas guiadas.

Esa noche, la insistencia de Hyunjin los había arrastrado a un parque de atracciones local.

Ciertamente, el lugar era lindo, aunque nada de otro mundo. Solo un pequeño espacio con algunos juegos mecánicos y carpas repletas de focos de colores, vendedores ambulantes y puestos de deliciosa comida callejera. Un ambiente tan completamente distinto al que habitualmente frecuentaban, pero que les dio una cálida bienvenida y confort. Un cómodo respiro del ajetreo de sus vidas maximizadas mientras se mezclaban entre el gentío ruidoso.

Pasaron las horas y la tranquila velada con sus amigos iba de maravilla, cada uno brincoteando como niños en la dulcería. Chan, ocupando el papel del adulto responsable del grupo, los seguía alegremente a su detrás, feliz de ver a sus niños felices.

Eso hasta que Changbin fue secuestrado por el mismísimo Félix, de todas las personas, y obligado a subirse a un monstruoso toro mecánico.

Y aquí se preguntarán… ¿cómo terminaron subidos a esa cosa?
La respuesta es muy fácil.

Lee Know.

Más específicamente, las risotadas que soltaba cada que un pobre desgraciado o desgraciada salía volando y rebotaba en el inflable debajo de la máquina. Channie y Jisung, encantados con el sonido melódico de las carcajadas del tímido chico, acercaron a la pandilla para que todos pudieran apreciar mejor el espectáculo.

Pese a encontrar la atracción peligrosa, Changbin admitía cuán gracioso era reírse de los tontos participantes. Más cuando éstos se aferraban con uñas y dientes a las riendas del cacharro y aún así fallaban miserablemente en el intento de permanecer arriba. Algunos jinetes chillaban desesperadamente, otros simplemente se rendían a su cruel destino y se dejaban caer con una sonrisa.

El rapero se encontraba tan concentrado en la diversión ajena que ni siquiera escuchó la rápida y burlona conversación que mantuvo el resto del grupo.

—¿Cuánto apuestas a que Yongbok no puede mantenerse sobre el toro durante cinco minutos enteros? —Le preguntó Minho a Hyunjin, esbozando una sonrisa malvada.

—¡Estás pidiendo mucho tiempo, hyung! —Gritó Jinnie, indignado. —Lixie es una princesa, y las princesas no soportan cinco minutos en el toro mecánico.

—¿Una princesa hablando de otra, hyung? —se unió Jeongin, sonriente. —¡Yo también quiero jugar!

Minho le lanzó una mirada desafiante.

—Tira tus cartas, niño.

—Apuesto una caja de chocolates a que no dura ni dos minutos. Tómenlo o déjenlo.

Félix jadeó, profundamente indignado con las palabras del maknae.

—¡Oye! —Chilló. —¡Tenme un poco de fe, Innie!

Middle Of The Night | ChangLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora