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Un escalofrío recorrió mi cuerpo, al escuchar la voz de Kevin me hizo perder el equilibrio. Mis piernas cedieron, y caí al suelo con un golpe sordo.

-Astrid... -Cyrus murmuró, al percatarse de mi presencia, su tono de voz era suave.

¡𝐴𝑡𝑟𝑎𝑝𝑎𝑑𝑎!

-¡Astrid! -exclamó Kevin, a diferencia de Cyrus, note en su voz preocupación. Y en un instante, estaba a mi lado, ayudándome a levantarme.

¿No sé supone que estaba molesto?

-¿Qué haces despierta? -preguntó el rubio, su voz se había suavizado un poco, pero la tensión en su rostro era evidente.

-Tuve una pesadilla -dije, como si nada.

-Deberías volver a la cama -Cyrus sugirió, su mirada no se separó de la mía.

-¿Qué estaban hablando? -pregunté.

Observe como los dos se tensaban, la mirada de Kevin se endureció y volvío a hacer la fría de siempre.

-No es asunto tuyo -dijo Kevin, con un gruñido.

-Sí que lo es -le dije-. Estaban hablando de un trato, de Kylian... ¿Quién es Kylian?

El silencio denso y cargado de tensión, se apoderó de la cocina. Kevin y Cyrus se miraron, sus ojos se encontraron en un breve intercambio de miradas que me hizo sentir un escalofrío.

-No te metas en lo que no te importa - dijo Kevin, su voz era un gruñido.

-¿Por qué no me quieren decir? - Pregunté, mi voz se había vuelto más firme- ¿Qué me están ocultando?

-No te estamos ocultando nada - dijo Cyrus, su voz era suave y segura. Pero su mirada no.

-No me lo creo -espete, mi mirada se clavó en la de Cyrus-. Sé que me están ocultando algo.

-No te preocupes por cosas que no tienes que meterte -solto Kevin, su voz era fría y distante.

-No puedo ignorarlo -dije, mi voz era firme, llena de una determinación que me sorprendió a mí misma-. Quiero saber de que estaban hablando.

El silencio volvió a caer sobre la cocina, pero esta vez era diferente. La tensión era más palpable, más amenazante. Observe que la mirada de Cyrus se clavaba en Kevin, como si estuviera leyendo sus pensamientos.

-No te metas en esto -dijo Kevin, su voz era una amenaza.

-¿Y por qué no? ¿Me están ocultando algo? -insinue.

Kevin se aproximó a mí, su mirada estaba clavada en la mía, una furia contenida se asomaba en sus ojos. Una de sus manos, grandes y fuertes, sostuvieron mi mandíbula.

-No te pongas en mi camino -soltó Kevin con voz ronca.

No me moví.

-¿Y por qué no debería? -lo provoque.

Kevin se detuvo a centímetros de mí, sus ojos miel me miraban fijamente, como si intentaran leer mi alma.

-No te estamos ocultando nada- dijo Cyrus e hizo que Kevin se aleje un poco-. Estábamos hablando del concierto, eso es todo.

Kevin se quedó callado, su mirada no se movió de la mía. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, pero no me moví, no me dejé intimidar.

-No te metas en esto -susurro el rubio..

-Lo mejor será que vuelvan a su habitación -suspiro Cyrus-. Ya son las once y media de la noche. Será mejor que descanse.

-No puedo dormir -pense en voz alta.

El ritmo de nuestros corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora