Seungmin siempre adoraba explorar cada centímetro del cuerpo de Jisung, con la calma y el cariño que él merecía. Con Jisung recostado frente a él, comenzaba despacio, dejando que sus labios tocaran cada lunar, como si dibujara un mapa de besos sobre la suave piel de su novio.
Descendía lentamente, besando el interior de los muslos de Jisung, cada toque haciendo que el cuerpo del chico temblara suavemente. Los labios de Seungmin recorrían el camino con cuidado, mientras los dedos de Jisung se aferraban a las sábanas, tratando de contener sus suspiros tímidos.
Desde allí, Seungmin subía hasta el pecho de Jisung, besando y dejando pequeños besos cariñosos, aprovechando para sentir la textura suave de la piel bajo sus labios. Se demoraba en esa zona, como si quisiera absorber cada reacción del otro, observando cómo los ojos de Jisung se cerraban y sus mejillas se enrojecían aún más.
— Eres perfecto... — susurraba entre besos, con una sonrisa en los labios.
Después, seguía hacia la cintura, donde sus besos se volvían más delicados, sintiendo cómo el cuerpo de Jisung se arqueaba levemente. Conocía cada punto sensible y le encantaba mimarlo, besando y acariciando hasta escuchar esos pequeños sonidos que tanto amaba.
Subiendo por los brazos y el cuello, Seungmin continuaba distribuyendo besos, hasta llegar a las mejillas sonrojadas de Jisung, quien se ponía cada vez más avergonzado y cariñoso. Finalmente, acercaba sus labios a los de Jisung, capturándolos en un beso suave y lleno de ternura, como si quisiera mostrarle cuánto amaba cada detalle, cada parte de su amado.
Cada beso era un recordatorio de cuánto adoraba tener a Jisung allí, tan cerca, tan suyo, aprovechando cada segundo para mimarlo y hacerle sentir especial.