I Can't Breathe

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- Inicio/Talasofobia -


La talasofobia es un miedo tan irracional como profundo, tan insondable como las mismas aguas que teme. No es solo el océano, es lo que se oculta bajo su manto, el vacío negro y aplastante que devora la luz y la esperanza. 

Para aquellos que la padecen, basta una imagen, un video, o incluso la mera idea de estar en medio del mar, lejos de cualquier costa, para que el pánico los invada. No ver el fondo, no saber qué yace bajo sus pies... es un terror antiguo, casi primitivo, que paraliza y consume. Este miedo puede ser debilitante y limitar las actividades relacionadas con el agua, como nadar en aguas abiertas, bucear o abordar un barco. Son muchas las personas que se ven afectadas por este miedo irracional a las profundidades del mar.

Y yo, Sonic el erizo, lo padezco. Sí, puede parecer irónico. Soy rápido, veloz como el viento, el héroe de Mobius, pero en mi interior late ese miedo, escondido en las sombras de mi mente. Jamás lo admití en voz alta, pero siempre evité el agua, hasta ahora. En esta aventura, tuve que enfrentar lo que más temía, y lo que encontré en las profundidades, aún me persigue.


- Green Hill -


Todo comenzó como cualquier otro día. En Green Hill, una tierra vibrante, donde el viento acaricia el rostro y el sol baña las colinas en tonos dorados. Aquí todo parece perfecto. 

Pero, a veces, las sombras se esconden en los rincones más inesperados. Corría, estiraba las piernas, disfrutando de la velocidad... hasta que los vi. Badniks, máquinas deformes que imitaban a animales. Sus ojos brillaban con un destello frío, inhumano. Tenían cuchillas donde deberían estar sus patas. Algo en ellos me provocó un escalofrío.

Actué sin pensar, salté sobre uno, y al destruirlo, algo surgió de sus entrañas: un Flicky, un pequeño animal aterrorizado. No era solo un robot. Era una prisión. ¿Qué clase de monstruo sería capaz de encerrar a seres vivos en esas máquinas infernales? Mientras seguía corriendo, liberando a cada criatura atrapada, mis pensamientos no dejaban de agitarse. Llegué a una zona más abierta, y allí lo vi. El responsable de todo, un ser humano con la apariencia grotesca de un huevo, montado en una nave flotante. Sus ojos se fijaron en mí, calculadores y crueles. Quería atraparme, añadirme a su colección de prisioneros. Pero yo no sería un Flicky más. Luché contra el durante un tiempo, su nave soltó una especie de bola de demolición, intentaba debilitarme para que le resultara más fácil capturarme, pero salí vencedor de nuestro primer encuentro y muy molesto escapó son antes mirarme con rabia, tratando de seguirlo me encontré con la sorpresa de una cápsula en donde tenía encerrados a más animales, así que antes de seguir con mi paso, los liberé y continué persiguiendo a "Eggman". Era lo que me recordaba, y el apodo se ajustaba a su mente torcida.


- Marble Zone -


Lo seguí, sin detenerme, hasta llegar a Marble. Aquí, el aire era denso, pesado, y la luz parecía más tenue. Las colinas verdes y soleadas de Green Hill quedaban atrás. Ahora me encontraba en un territorio lleno de lava y subterráneos peligrosos, el calor del magma me envolvía, pero no era solo el calor lo que me incomodaba, sino una sensación opresiva. Tuve la habilidad para pasarlo sin muchos problemas, aunque al igual que en Green Hill, me tocó la tarea de liberar a más animales, más Badniks aparecieron, pero estos eran diferentes. Orugas de metal, murciélagos mecánicos, caracoles blindados. Todos extrañamente silentes, como si sus cuerpos mecánicos estuvieran huecos, vacíos. Liberé a más animales, pero había algo en sus ojos. No era solo miedo. 

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