19 AARÓN

90 11 0
                                    

¿Qué me llevó a hacer BDMS por primera vez en mi vida y justo en nuestra noche de bodas en una cabaña en el gran cañón?

A la mierda si lo sé. Pero lo estoy haciendo.
Sabía que nunca sería solo sexo con mi ángel, pero hacer esto, tener esta primicia con ella. Jodido infierno. Lo es todo.

Tengo más de una hora torturándonos a los dos, pero el show está a punto de comenzar...

—¡DIEZ! —deletrea cada letra encorvando la espalda y goteando un poco más de su dulce excitación en las sábanas. Sus muslos son un desastre y nunca había visto un color más rojo y delicioso que el que ahora tienen sus hinchadas mejillas.

Sé que no puede más. Sigue diciendo verde cada vez que le pregunto por un color y cada vez que lo hago tengo miedo de que sea demasiado. Pero me equivoqué y me sigue sorprendiendo, cuando planee esto para hoy no estaba pensando mucho. No había dormido nada la noche anterior y simplemente se me presentó la opción y la tomé.

Hoy lo agradezco porque nunca imaginé que se sintiera así de bien.

Sé que mi ángel no me miente y sé que está disfrutando de esto tanto como yo, pero si no le doy lo que ambos necesitamos en este momento podría simplemente desmayarse ante de que pueda penetrarla y dar por hecha la consumación de nuestro matrimonio.

Ya se corrió tres veces y sigue pidiendo más. No sé dé donde saque la fuerza para esperar, pero estoy llegando a mi límite. De hecho, creo que llegue ahí hace cinco azotes, y aquí estoy a punto de llenar el coño bonito, mojado e hinchado de mi esposa con mi polla.

Pero no así, los juegos previos ya fueron suficientes por hoy.

No la voy a follar desde atrás en nuestra primera vez, no. La quiero debajo de mí. La quiero completamente a mi merced. La quiero ver a los ojos cuando la haga completamente mía.

Su trasero está en carne viva y sé que no podrá caminar mañana, pero quiero darle una noche de bodas que nunca olvide. Quizás así entienda que aunque fue apresurado y sin una propuesta formal, nuestro matrimonio solo tiene una forma de terminar y esa será el día en que yo deje esta tierra. Y aun así la estaré esperando en la otra vida. Y en la siguiente.

Presiono su trasero al aire contra la cama y subo por su cuerpo hasta ponerme a horcajadas sobre su espalda para desatar sus muñecas. Siento como sus brazos tiemblan cuando buscan una posición más cómoda y me quiero reprender por atarla, pero al mismo tiempo me siento orgulloso de hacerla temblar de esa manera.

—¿qué haces? —susurra. Hace tiempo que su voz se hizo ronca, suficientes gritos de placer hacen eso.

—voy a verte a la cara la primera vez que te haga mía, ángel. —mi voz ya no es la misma que hace un rato. Ya no estoy dominado por la lujuria, el deseo y mis más oscuros instintos.
Ahora todo lo que siento por ella, el cariño, el respeto y el orgullo son los que hablan.

—te... necesito... dentro... —jadea cada palabra y sé que no le falta mucho para perder el resto de sus fuerzas. Masajeó sus manos y subo sus muñecas a mis labios para besarlas.

—¿fue demasiado? —pregunto preocupado. Y levantándome para darle la vuelta a su pequeño cuerpo en el colchón. Su frente está sudorosa, su boca está seca y sus ojos están arruinados. Su cabello es una telaraña de nudos, pero se que nunca se ha visto más hermosa.

Y nuca se ha visto más mía.

—nunca —sonríe y la amo un poco más por eso. Es perfecta para mí.

Entonces lo hago. Abro sus piernas, me coloco en su entrada, desesperado por saber que se siente estar dentro de ella. Bajando mis labios para besarla, la penetro de un solo golpe. Y es malditamente gloriosa. Lo mejor que he sentido en mi jodida vida.

Dulce NO tan Dulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora