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Naruto se preguntó cuándo empezó a parecerse a sus predecesores. Consiguió su sueño infantil de convertirse en Hokage, pero su principal motivación era convertirse en el ninja más fuerte de la aldea. Ser Hokage parecía el siguiente paso natural para el más fuerte.

Pero podía sentir cómo su vida era lentamente absorbida por este horrible trabajo. Las constantes montañas de papeleo que parecían multiplicarse iban a volverlo loco.

Si este fuera el único inconveniente del trabajo, podría soportarlo. Pero ese tipo, Sasuke, está entrenando y en misiones todo el tiempo mientras él está atrapado detrás de este escritorio.

Naruto golpeó el escritorio con el puño y exclamó: "¡Odio este trabajo!".

"Ah, ¿Hokage-sama?" dijo una voz suave.

Naruto giró la cabeza para mirar el sonido de su asistente, Hinata Hyuuga, llamándolo desde detrás de las puertas de la oficina.

"Hinata-chan, pasa. Ya te lo he dicho antes, me gusta que me tutees".

Ella se limitó a sonreír mientras se acercaba al frente de su escritorio. "Usted se merece respeto, Hokage-sama. Si los demás ven que un asistente puede llamarle por su nombre, puede que se sientan tentados a hacer lo mismo."

"Pero no he venido por eso, Hokage-sama. Estaba un poco preocupada porque el papeleo reciente es demasiado, así que quería ver si podía ayudar."

Hinata no exageraba. Con tantos recién llegados a Konoha, ha habido mucho papeleo con el que lidiar, estableciendo nuevos distritos y todo eso. Sin embargo, Naruto sólo podía culparse a sí mismo. Todo el mundo quiere mudarse a la aldea con el ninja más fuerte del mundo.

Frotándose la cara con cansancio, Naruto dijo: "Normalmente diría que no, Hinata-chan, pero siento que me voy a ahogar sin ayuda".

Hinata lo miró con lástima en los ojos y se limitó a sentarse en su escritorio, coger un par de montones de papeles y ponerse a trabajar.

Un par de horas después,

Naruto soltó un sonoro gemido mientras se estiraba en su silla y decidía tomarse un descanso de este interminable infierno. Miró a Hinata, que seguía rellenando unos formularios, y suspiró con pesar.

Se trataba de una mujer que se le había confesado indirectamente años atrás, pero él se limitaba a ignorarla como un idiota. Naruto siempre estuvo obsesionado con su antigua compañera de equipo, Sakura. Hinata sólo era esa chica rara que se ponía roja cada vez que él le hablaba. Su elección de ropa de una chaqueta enorme ciertamente no ayudó a su caso, y Naruto podría decir lo mismo de su mono naranja.

Este era el clásico caso de "¿En qué demonios estabas pensando?".

Por algo llevaba esa chaqueta tan grande. Esos pechos también eran bastante grandes. Cuando se enteró por Sakura de que llevaba la chaqueta porque era tímida, pareció como si alguien le hubiera dado con una sartén.

Naruto - El plan de HinataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora