Capítulo 3: Duelos y Teorías

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Era el receso, y la sala de profesores estaba llena de risas y comentarios sarcásticos. Félix revisaba un conjunto de trabajos, lanzando miradas desafiantes hacia Jhonatan, quien observaba a sus alumnos con una sonrisa tranquila.

Félix (pensando): Miro a Jhonatan y no puedo evitar pensar en lo diferente que es de mí. Siempre tan relajado y con esa sonrisa en el rostro, como si todo en el aula fuera un juego. A veces me pregunto si realmente entiende lo que pasa. Para él, cada clase es una oportunidad para hacer amigos; para mí, es un campo de batalla. Para mi, que sus estudiantes están mas perdidos que yo en una tienda de lencería

Jhonatan (pensando): Félix siempre parece tan serio, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros. No puedo evitarlo; su cara de malhumor a veces es divertida. Piensa que estoy perdiendo el tiempo mientras él intenta dar lecciones magistrales. Pero, por dentro, estoy analizando cada reacción de mis alumnos, mientras él se obsesiona con las fórmulas.

Félix: Mira, Jhonatan, si quisieras que tus clases fueran una fiesta, deberías al menos llevar un sombrero de fiesta. ¡Aquí estamos para enseñar, no para celebrar el cumpleaños de un niño de cinco años!

Jhonatan: tu? ¡Con esa cara de perro apunto de atacar que pones, podrías asustar a cualquiera! A veces creo que la única razón por la que tus alumnos no se duermen es por miedo a que les tires un libro.

Félix (pensando): ¿Por qué me desafía así? No puedo dejar que me gane. Cada comentario que suelta parece una burla disfrazada de una broma inocente....Es irritante

Jhonatan (pensando): Esa intensidad de Félix, aunque irritante, es intrigante. Tal vez le gustaría más mis clases si hiciera un espectáculo de magia. Podrían desaparecer todos los trabajos esos que parece que se esfuerza tanto por corregir.

La profesora Danitza entró en la sala, justo cuando la tensión comenzaba a aumentar.

Danitza:
-¿Qué pasa aquí, chicos? ¿Otra vez debatiendo quién es el maestro mas genial de la escuela? Porque, por si no lo saben, la última vez que vi eso fue en un concurso de talentos. Y Félix, déjame decirte que no puedes cantar.

Félix:
-Agradezco que no fuera a mí a quien llamaste "genial". Por alguna razón, los geniales no suelen dar clases de matemáticas, Danitza.

Jhonatan:
-Sí, Félix, tú eres más bien el maestro que se encierra en su cueva. Estoy seguro de que si miramos dentro de tu sala, encontramos un cartel que dice "Prohibido salir".

Félix (pensando): Joder, Jhonatan. ¿Por qué siempre tiene que ser tan sarcástico? A veces, quisiera que dejara de sonreír y lo viera como un verdadero rival. Pero ese maldito encanto siempre lo salva.

Jhonatan (pensando): ¿Acaso Félix no se da cuenta de que es su seriedad lo que me motiva a desafiarlo? Es como un juego. Cuanto más serio se pone, más divertido me resulta.

En medio de la conversación, entró el profesor Pedro, con una pelota de fútbol bajo el brazo.

Pedro:
-¿Por qué hay tanto drama en la sala de profesores? Aquí estamos para educar, no para hacer un novelón. ¡Si quiero drama, iré a ver una telenovela!

Félix:
-La única telenovela aquí es el espectáculo que da Jhonatan cuando se pone a hablar de su "filosofía de vida". ¡Es un mito que deberíamos documentar!

Jhonatan:
-Por lo menos mi "mito" no se parece a un examen de vida he ingles, Félix. Eso sí es un cuento de terror.

Félix (pensando): ¿Por qué no puedo dejar de querer tener la última palabra? Jhonatan tiene esa forma de meterme en su juego, y cada vez me resulta más complicado. ¿Es que acaso estoy disfrutando de esta rivalidad?

Jhonatan (pensando): Félix es un verdadero desafío. A veces, me gustaría acercarme más, pero su actitud seria siempre me hace dudar. Tal vez, solo tal vez, deba intentar romper su muro un poco más.....

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora