𝐬entimientos vedados ࣪˖ ִֶָ Oscu Tnજ⁀➴𝐬ofia𝜗𝜚˚⋆ ⌇🟣

21

La Velada del Año 4 había sido todo un torbellino de emociones, pero la verdadera fiesta apenas comenzaba. Al llegar al after, la energía seguía en el aire, y el lugar estaba repleto de streamers y amigos celebrando. La música retumbaba, y el olor a comida y bebida era irresistible.

"¡Sofía! ¡Eres una máquina en el ring!" Carrera fue el primero en acercarse a mí, su rostro iluminado por una enorme sonrisa. "Te vi darlo todo, y esa última combinación fue épica."

"Gracias, Carrera," le respondí, sintiéndome halagada mientras chocábamos los puños. "No hubiera sido posible sin todo el apoyo que recibí."

Alrededor de mí, todos estaban de buen humor. Angi apareció con un trago en la mano. "¡Sofía! ¡Eres la nueva reina del ring! Necesitamos celebrar eso." Me dio un abrazo fuerte, y antes de que pudiera decir algo, ya había un vaso en mi mano.

No tardé en darme cuenta de que me había pasado un poco con las bebidas. La música sonaba más fuerte y la risa venía más fácil. "¿Dónde está Spreen?" pregunté mientras buscaba a mi amigo en la multitud.

"¡Aquí!" gritó desde la esquina, levantando su vaso como si fuera un trofeo. "¡Brindemos por la mejor debutante del año!" Nos reunimos todos en un círculo, y las risas y los brindis continuaron. Era un momento de camaradería que nunca olvidaré.

Sin embargo, a medida que la noche avanzaba, también lo hacía mi consumo de tragos. Empecé a sentirme un poco mareada, aunque la felicidad me envolvía. Era un caos hermoso, lleno de risas, música y cariño.

Fue en ese instante cuando vi a Oscu, que entró en la habitación con un aire fresco. "¡Sofía!" exclamó, acercándose a mí con una sonrisa que me hizo olvidar por un momento la bebida. "Felicidades, te vi pelear, y lo hiciste increíble."

"Gracias," le dije, sintiendo una chispa en el aire. "No sé qué haría sin tu canción. Me dio toda la energía."

Oscu se rió y, con un gesto suave, tomó mi mano. "¿Te gustaría dar un paseo? Creo que necesitamos un poco de aire fresco."

Accedí, y juntos salimos del bullicio hacia el balcón del hotel. Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, creando un ambiente mágico. "Wow, no puedo creer que haya pasado esto," dije mientras contemplaba el paisaje.

Oscu se acercó más a mí, su mirada fija en mis ojos. "Lo hiciste increíble hoy, no solo en el combate, sino como persona. Tienes una fuerza que me sorprende."

Sentí que el corazón me latía más rápido. "Gracias, Oscu. Eso significa mucho viniendo de ti."

Nos miramos en silencio, y antes de que pudiera darme cuenta, él se inclinó hacia mí. Nuestros labios se encontraron en un beso suave que poco a poco se volvió más intenso. Estaba completamente atrapada en el momento; era como si el tiempo se detuviera.

Cuando finalmente nos separamos, ambos sonreímos, un poco sonrojados. "A veces siento que no sé cómo expresarlo," murmuré.

"¿Expresar qué?" me preguntó él, acercándose un poco más.

"Lo que siento por ti," respondí, sintiéndome más valiente de lo que nunca había sido. "Este momento… todo lo que hemos vivido juntos."

Oscu me miró con ternura. "Yo también siento lo mismo. Quiero que esto sea real."

La noche avanzaba, y antes de darme cuenta, Oscu y yo estábamos de vuelta en la habitación, donde la música seguía sonando a lo lejos. Nos tumbamos en la cama, y la intimidad se sentía cada vez más palpable. Nos reímos, hablamos de nuestros sueños y compartimos historias de la infancia.

A medida que las risas se desvanecían, nos abrazamos, y la conversación se tornó más silenciosa, más sincera. Oscu se inclinó para darme un beso en la frente antes de que nos sumergiéramos en una especie de calma. Era un momento hermoso, lleno de confianza y cariño.

Finalmente, nos quedamos dormidos en un abrazo, con la certeza de que lo que habíamos compartido era solo el comienzo de algo especial. Fue una noche mágica, donde todo parecía posible, y mi corazón estaba más lleno que nunca.