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Hasta Otto te stalkea


Jan y Daniel habían llegado a Quito hace un día ya.

Jan estaba solo en casa, su comprometido estaba en campaña en el centro de la ciudad.

Mientras Daniel, disfrutaba de las sonrisas cálidas y el apoyo que la gente le brindaba.

No mentiría, le daba miedo no ser un buen presidente y dejar decepcionados a todos, quería hacer lo que nadie pudo hacer en más de 194 años.

Paso una hora más, Daniel estaba detrás del escenario, las personas ya se estaban yendo, el también se estaba alistando para ir a su casa, hasta que lo interrumpieron.

-Señor Noboa.-Dijo su asesor.

-Si?

-Le busca el señor sonehoiznner.

-A, claro, dile que pase.

El azabache se cruzó de brazos, realmente no se esperaba que Otto quisiera hablar con el.

De ahí entro ese hombre moreno, con una sonrisa.

-Buenas tardes.-Dijo Otto, mirando a Daniel.

-Hola, pasa, siéntate.

-Sí, gracias.

Otto se sentó en una banca que estaba cerca, ni muy alejado ni muy apegado a Noboa.

-De que querías hablar conmigo? Debe de ser importante.

-Lamento interrumpirte, se que ya quieres ir a casa, pero realmente es importante. Quiero hacer una alianza contigo.

-Claro, como sería?

-Veo que tú tienes bastante apoyo, entonces tal vez si podríamos hacer una colaboración...

Otto seguía hablando, bla, bla, bla.

Daniel solo se le quedó mirando el café de sus ojos, o la forma en que movia sus manos al hablar.

De pronto, había dejado de escuchar a Otto, no había escuchado nada de lo que dijo.

-Entonces, aceptas?-Dijo el moreno, nervioso.

-Por supuesto.

[...]

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que estaba hablando de temas diversos con Otto.

Le encantaba su forma de ser, jamás había visto algo tan único en una persona.

Otto se estaciono al frente de la casa del azabache.

-Entonces, Daniel, nos vemos otro día.

-Seria un gusto...

Noboa salió del auto, mirando a Otto.

-Que lindo fue hablar contigo.-Hablo Daniel, con una sonrisa.

-Digo lo mismo.-Otto me devolvió la sonrisa.

Daniel cerro la puerta, entrando a su casa, suspirando.

Lo primero que vio fue a Jan sentado en la sala, en sus piernas estaba acostado el gato que el mismo adoptó.

-Hola, amor.-El azabache se acercó al mayor, besando su mejilla.

-Hola Dani, ya le tengo un nombre al gato.-Dijo, sonriente.

-Ha, si? ¿Cuál?

-Luego te lo digo... Pero adivina que te tengo.

Daniel alzó una ceja, al parecer le tenía una sorpresa.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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El Militar del Portón 2-ToboaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora