Un amor inesperado

Capítulo 4: Sutilezas y Competencias

El timbre sonó, marcando el final del receso. La sala de profesores se llenó de murmullos y el sonido de sillas al ser ocupadas. Félix y Jhonatan tomaron sus lugares, listos para el siguiente desafío: una reunión de planificación de actividades escolares.

Félix (pensando): Por favor, que esto no dure una eternidad. Solo quiero salir de aquí y enfrentar a mis alumnos, no a esta conversación sin sentido. Aunque... tener a Jhonatan a mi lado puede hacer que las cosas sean un poco más interesantes.

Jhonatan (pensando): Una reunión más, otra oportunidad para ver a Félix intentar demostrar que tiene todo bajo control. Siempre tan serio. Pero eso también me hace sentir un poco curioso. ¿Qué es lo que realmente piensa?

La profesora Danitza abrió la reunión, con su característico entusiasmo.

Danitza:
—Bien, profesores, hoy hablaremos sobre la nueva actividad interdepartamental. ¡Espero que tengan muchas ideas!

Pedro:
—¿Interdepartamental? ¿Significa que Félix tiene que trabajar con otros? ¡Eso es un espectáculo que no me quiero perder!

Félix:
—No me subestimes, Pedro. Puedo manejar a los alumnos y, si tengo que, también puedo manejar a mis colegas. Aunque con Jhonatan en el equipo, supongo que tengo que ser un poco más cuidadoso.

Jhonatan (sonriendo):
—¿Quieres decir que me verás como un obstáculo, Félix? Eso es nuevo.

Félix (pensando): Es curioso cómo Jhonatan puede burlarse de mí sin preocuparse por las consecuencias. Quizás esa actitud desenfadada es lo que me irrita y, a la vez, me atrae de él. ¿Qué demonios estoy pensando?

Jhonatan (pensando): Félix es un maestro en actuar fuerte, pero a veces me pregunto si realmente cree que es invulnerable. Su forma de ser parece una coraza, pero hay algo más detrás. ¿Lograré romper esa barrera algún día?

La reunión avanzaba, y cada comentario entre ellos iba cargado de ironía y competiciones sutiles. De repente, se mencionó un concurso de oratoria que se celebraría en la escuela.

Danitza:
—Así que, ¿quiénes se ofrecerán como jueces para el concurso?

Jhonatan:
—Yo puedo hacerlo. Siempre he tenido buen ojo para los discursos. ¿Qué tal tú, Félix?

Félix:
—Claro, porque el juicio de Jhonatan es tan bueno como un examen de matemáticas: un poco impreciso, pero agradable a la vista.

Jhonatan (riéndose):
—Eso no tiene sentido, Félix. Pero al menos no le lanzas libros a tus estudiantes... ¡aún!

Félix (pensando): No puedo dejar que se salga con la suya. Esta rivalidad puede ser divertida, pero tengo que mantener el control. ¿Por qué me importa tanto lo que dice?

Jhonatan (pensando): Félix y sus comentarios. Es como si tuviera un radar para provocar. Pero eso es lo que lo hace interesante. Tal vez deba darle un poco de su propia medicina...

La discusión se volvió más animada, con otros profesores interviniendo con comentarios que iban desde lo absurdo hasta lo sarcástico. En un momento, el profesor Bernardo, que había estado escuchando en silencio, decidió intervenir.

Bernardo:
—Recuerden, muchachos, que lo importante no es solo ganar, sino disfrutar el proceso. Y hablando de disfrutar, ¿alguno de ustedes planea asistir a la fiesta de la escuela este fin de semana?

Félix:
—Una fiesta... ¿Qué hay de malo en tomarse un respiro? A veces creo que podríamos dar un giro a nuestras vidas tan serias.

Jhonatan:
—¿Un giro? Suena como una oportunidad para ver a Félix bailar. ¡Eso definitivamente merece una entrada!

Félix (pensando): ¿Bailar? Claro, porque lo último que necesito es que Jhonatan me vea perder el control en una pista. Pero la idea de un descanso no suena tan mal...

Jhonatan (pensando): Quizás ver a Félix fuera del aula me permita conocerlo mejor. Después de todo, incluso el maestro más estricto necesita relajarse a veces. ¿Podría ser una oportunidad?

Mientras la reunión continuaba, los dos maestros compartían miradas furtivas y sonrisas cómplices, cada vez más conscientes de que sus palabras y pensamientos estaban comenzando a entrelazarse de una manera inesperada.
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