⚠️Antes de empezar quería aclarar una cosa: no soy una experta en el tema de investigación criminal, hice mis investigaciones y trate de seguir cada paso. Si encuentran algún error pido perdón de antemano. Iré mejorando conforme al tiempo, está es la primera vez que escribo algo así. ⚠️
(Continúen)
Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.
— William Shakespeare
☄
TatianaVergüenza, así me sentía en el momento en que Sébastien reprodujo el vídeo de mi ebriedad de ayer. Le di una patada a Heinrich en los…
—¡NO!—berreo.—¡Dime qué no es cierto!
—Se me hizo súper gracioso tu estado. ¿Cuántos tragos te bebiste? Ni yo estaba tan ebrio como para hacer el ridículo.—se burló.
—Lo último que recuerdo es haber charlado con Heinrich en la base.
—Si, como no.—su tono fue burlesco.—estábamos tan bebidos que al final Heinrich se terminó de enterar, y fue a por nosotros al restaurante. No regresamos a la base. Deberías hacerte un examen si aún estás cuerda, o de preferencia no beber nunca más.
Que demonios, pero si yo recuerdo ir a la basé…
—Pero…
—Desayuna, dúchate y luego ve al trabajo.—fue lo último que dijo Sébastien antes de perderse en la cocina.—¿Quieres panqueques de chocolate para desayunar?
Grito, pero un escalofríos recorre por toda mi espalda, mis piernas tiemblan, y de repente se instala en mi garganta el sabor al asado de ayer, corro al baño, levantó la tapadera y dejó salir todo lo de ayer, Sébastien preocupado toma mi cabellera roja en una coleta improvisada. Cierro los ojos, por muy ridículo que suene, me da asco vomitar.
Las arcadas no se detienen y a este punto me arde la garganta.
—Joder…—abro los ojos una vez todo lo que había almorzado ayer se encuentra en la taza del inodoro. Abro los ojos a tope, las manos me tiemblan y con dificultad hablo:—¿Eso… es maldita sangre? Joder, me voy a morir.
—¿Qué diablos tomaste ayer, Tatiana?—Sébastien sale del baño, regresa a los segundos con un frasco de orina, con ayuda de una cuchara toma un poco de eso…—analizare esto, ven conmigo te daré las pastillas por si esto es algún tipo de envenenamiento.
—S-si.
Con su ayuda salgo del baño, tira la cuchara en el basurero y tira del agua. En menos de nada ya no hay… lo que sea eso.
Mi cuerpo sufre de espasmos y temblor. Un frío inunda mi ser. Me apoyo de la mesa del comedor para no caer al suelo.
—Tatiana, deja tus payasadas.
ESTÁS LEYENDO
EL PRECIO DEL ENGAÑÓ
RomanceElla es la reina sin corona de la Bratva, una mujer que se mueve entre sombras y peligro, dispuesta a todo para proteger a su familia. Él es un hombre que desconoce su herencia oscura: un linaje de sangre que alguna vez gobernó Italia antes de ser r...