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Tres días habían pasado desde que Félix se deshizo de los parches que le habían permitido mantener un control precario sobre su naturaleza. Lo hizo en el baño de su departamento, un lugar que, en ese momento, le ofreció un refugio temporal de la tormenta emocional que lo azotaba.

Agradecía profundamente que Hyunjin no estuviera allí para complicar aún más las cosas como siempre. La sola presencia del alfa, con su energía imponente y su aroma dominante, siempre tenía la capacidad de desestabilizarlo, pero en este instante de intimidad, pudo despojarse de esos parches que lo mantenían a raya. Cuando los retiró, su esencia no se sintió en absoluto; de hecho, era casi inexistente. Pero hoy, a solo tres días de haberlos eliminado, su aroma natural comenzaba a resurgir con fuerza, llenando el pequeño departamento de una fragancia que lo hacía sentir expuesto, vulnerable y, a la vez, sorprendentemente vivo. Si alguien apareciera de repente, se preguntó si podría pensar que estaba en una especie de ciclo de celo, aunque esa idea le resultaba inquietante.

Durante esos días, una fatiga inusual lo había invadido. A pesar de no haber realizado muchas actividades, se sentía agotado. Era un cansancio que se adentraba en sus huesos, uno que no podía explicarse solo por la falta de acción. Había algo en su cuerpo que parecía estar en un proceso de transformación, una metamorfosis silenciosa hacia lo que una vez fue. Era como si su cuerpo, sin parches, empezara a recordar su naturaleza verdadera, a despertar a una realidad que había intentado suprimir.

Afortunadamente, no tenía trabajos pendientes que lo agobiaran. Su rutina diaria se había deslizado en un ciclo de ver series, películas, leer, y hacer llamadas con amigos. Sin embargo, este aparente alivio ocultaba un problema más profundo que comenzaba a surgir. En los últimos días, se había vuelto extremadamente sensible, más de lo que había estado en mucho tiempo. Hasta había decidido dejar de ver películas románticas o tristes, porque cada vez que lo hacía, una ola de emociones lo sobrecogía y lo hacía sentir abrumado. Las escenas de amor y dolor le golpeaban en el pecho, y Félix se encontraba a menudo llorando ante situaciones que antes solo le habrían provocado una leve sonrisa. Las noticias también lo afectaban; ya no podía soportar los titulares que antes pasaba por alto. La combinación de su sensibilidad extrema y la confusión emocional lo dejaba completamente desestabilizado.

Por si fuera poco, había un dilema que no podía ignorar: el aroma alfa que le había sugerido la doctora. Había una necesidad biológica en su interior, un llamado profundo hacia la presencia alfa que él no sabía cómo satisfacer. Pero los alfas que conocía no le inspiraban confianza. Algunos de ellos, aunque parecían profesionales, mostraban un interés poco sutil que lo incomodaba. No quería que pensaran que estaba vulnerable o que buscaba algo de ellos. Su único recurso en quien podía confiar, Chan, estaba fuera de la ciudad en ese momento también. Eso dejaba a Félix, en un momento crucial de su vida, con pocas opciones.

Al principio, Félix intentó restarle importancia al problema de los olores. Se decía a sí mismo que podría manejarlo, que tenía el control. Sin embargo, con el paso de los días, la soledad se volvió una carga insostenible, y un leve dolor comenzó a instalarse en su cuerpo. Era como si cada día lo afectara más.

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Los últimos meses, Hyunjin había estado disfrutando de su carrera en la universidad. Apenas era su segundo año, pero se sentía bastante cómodo en su nuevo entorno. Comparado con su turbulento pasado escolar, lleno de peleas, dramas y problemas constantes, la vida universitaria era un soplo de aire fresco. Las clases eran desafiantes, pero no demasiado; lograba obtener buenas calificaciones sin tener que esforzarse demasiado, aunque si se concentraba un poco más, podía destacar aún más. Era como si hubiera dejado atrás la tormenta de su adolescencia, convirtiéndose en una versión más centrada y serena de sí mismo.

Convivencia peligrosa | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora