V [Versace]

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Come and take a walk on the wild side

 Let me kiss you hard in the pouring rain

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La tenue luz del sol milanés se filtraba a través de las cortina,s al abrir los ojos, supe que el amanecer no había llegado a través de un despertador o del bullicio de la ciudad, sino de una súbita ola de emoción y nervios que me sacudió hasta la conciencia. Hoy era el día. La fecha en la que todas las cosas en las que había estado pensando ultimamente iban a materializarse, y en la que cada expectativa cobraría forma. Con esa certeza, sentí cómo los latidos de mi corazón se apresuraban en el pecho, como si el destino mismo los marcará.

Me levanté lentamente, con el propósito de absorber cada instante. Al acercarme a la ventana de la habitacion y descorrer las cortinas, me quedé allí un largo momento, contemplando la ciudad en calma antes de que el ímpetu de la moda la inundara. Me sentí diminuta frente a Milán, y frente a la magnitud de este día que significaba tanto para mí; sin embargo, una chispa interior me decía que, de algún modo, hoy también formaba parte de algo inmenso.

Luego de una ducha rápida, me tomé un instante para desayunar en la intimidad de la habitación. No podía permitirme la debilidad del hambre en un momento tan crucial, así que, aunque la ansiedad anulaba el apetito, logré tomar un poco de fruta y té, apenas suficiente para calmarme. Acababa de terminar cuando llegó el mensaje de la agencia: "Todo listo para el desfile. El coche estará en la entrada en 30 minutos".

Me miré en el espejo y esbocé una sonrisa. Me vestí con una blusa negra y pantalones anchos, una elección deliberada para conservar la comodidad y evitar las marcas en la piel. Me recogí el cabello en una coleta, y justo cuando me sentí lista, el móvil vibró con otro mensaje. El mensaje. Aquel que no solo anunciaba el inicio del desfile, sino también el umbral de una nueva vida.

Con el corazón palpitando con fuerza, descendí hasta el vestíbulo y abordé el coche que me llevaría al centro de los preparativos. Al llegar, me envolvió un caos casi ritual: estilistas, maquilladores y modelos iban y venían en una coreografía desordenada, pero sorprendentemente precisa. Me guiaron a la sala de maquillaje y, al sentarme frente al espejo, supe que ya no había marcha atrás.

Oliver's POV:

La alarma resonó a las ocho, y con un esfuerzo considerable estiré el brazo para apagarla. El eco de la noche anterior, recorriendo las calles de Milán junto a Kimi, aún era fresco en mi mente. No había bebido demasiado, pero esa mezcla de agotamiento y expectativa hacía presagiar el día que teníamos por delante. El desfile de moda no era el tipo de evento que solía entusiasmarme, y sin embargo, ahí estábamos, a unas pocas horas de tomar asiento en primera fila.

Bajamos al restaurante para el desayuno entre risas y bromas, evitando hablar del evento. Pedí café y tostadas, y mientras esperaba, revisé el móvil: decenas de mensajes de mi equipo, la mayoría en tono jocoso sobre nuestro debut en el mundo de la moda.

—¿Listo para codearte con modelos y fotógrafos? —preguntó Kimi con una sonrisa traviesa, estirando su café.

—No es mi ambiente, pero si puedo escabullirme temprano, no me quejo —respondí con una sonrisa. Todavía no comprendía del todo el papel que este día jugaría en mi vida.

Después de desayunar, subimos a prepararnos. Aunque nuestra intención inicial era pasar desapercibidos, los organizadores nos enviaron atuendos a la altura de la ocasión. No era especialmente aficionado al traje rojo de cuero que me habían asignado, pero lo llevé con resignación, consciente de que esto era parte de la experiencia.

A las diez, ya estábamos en el coche rumbo a la sede del desfile, un elegante edificio en el corazón de Milán. Kimi se ajustaba la chaqueta, mientras yo intentaba recordar cómo mantener una expresión serena frente a las cámaras. Al bajar, me sorprendió la cantidad de fotógrafos apostados en la entrada. Era como si el desfile mismo tuviera el poder de detener la ciudad.

—Anda, no te quedes ahí parado —sonrió Kimi, tirando de mi brazo mientras nos dirigíamos a nuestros asientos en la primera fila.

Camille's POV:

En el bullicio del backstage, entre el trajín incesante de maquilladores, estilistas y ajustes de último minuto, me dejé llevar por el proceso. Sabía que el equipo de Versace cuidaba cada detalle, pero la precisión era tal que casi me sobrecogía. En pocos minutos, mi piel resplandecía, los ojos proyectaban un estilo intenso y glamoroso, y los labios resaltaban en un tono nude que atrapaba miradas.

—Cinco minutos, chicas. Todas en fila —anunció alguien del equipo.

Mi corazón latía con fuerza mientras tomaba posición. Mi atuendo era un body blanco adornado con un estampado dorado, evocador de la era renacentista, complementado por una chaqueta corta con detalles dorados y ribetes decorativos. Los accesorios incluían una gran cartera blanca y dorada, y sandalias de tacón con apliques metálicos, que completaban el look característico de Versace: audaz, lujoso y profundamente sofisticado. Ser yo quien lo portaba era un honor.

La música comenzó, y una a una las modelos fueron saliendo a la pasarela. Finalmente, llegó mi turno. Al atravesar las luces, me cegaron por un instante, pero me recordé a mí misma que debía caminar con paso firme, segura, como si nada en el mundo fuera más natural que deslizarse entre la multitud, con cientos de ojos fijos en cada movimiento.

Oliver's POV:

El desfile había empezado y, aunque al principio me sentía apático, la música y la atmósfera crearon un magnetismo que poco a poco capturó mi atención. Conforme cada modelo aparecía en la pasarela, comencé a comprender el arte en la moda, el modo en que cada prenda narraba una historia. Y entonces, llegó su turno.

Apareció en escena y fue como si el mundo entero cambiara. La vi caminar, y la seguridad de su porte contrastaba con la sutileza de sus rasgos. Su traje blanco y dorado absorbía y reflejaba cada destello, pero nada podía igualar la intensidad de su mirada. Su cabello caía suavemente sobre los hombros y sus labios parecían expresar en silencio todo lo que sus pasos callaban. Me quedé sin aliento.

No sabía su nombre ni la razón de su presencia allí, pero en ese instante nada de eso importaba. Ella era el centro de todo, y por unos segundos, fui arrastrado a su mundo, un universo en el que cada latido mío acompañaba el ritmo de sus pasos.

—Hey Ollie, estas aqui? —murmuró Kimi en tono divertido al ver mi expresión. No respondí; no podía apartar la vista mientras ella avanzaba hasta el final de la pasarela, se giraba y desaparecía entre las luces.

El desfile continuó, pero mi mente ya no estaba ahí. Algo en mí había cambiado, un instante fugaz que, sin embargo, me caló profundamente. Sabía que, aunque lo intentara, no podría olvidarlo.

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Jenn 🩷

HUOLAAAAAA

TENEIS UNA SORPRESITA EN MI PERFIL 

Hemos llegado a la meta 3 horas ante sde que saliera el capítulo JAHAJHAJ

Como ya dije por instagram las actualizaciones seran los viernes pero en caso de que se llegue a la meta antes se publicará en ese mismo momento.

¿Que os ha parecido? En el proximo hay cositassss

Gracias por leer recuerden votar y seguirme para recibir las notificaciones de los nuevo capitulos y explicaciones en caso de que no se suban.

Spoilers, dinámicas y más en tiktok e instagram: Jenn_Elixak

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Pinceladas de velocidad || Ollie BearmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora