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# ❝ MI FA IMPAZZIRE, COLAPINTO! ❞
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FRANCO COLAPINTO estaba inmerso en una batalla feroz, luchando por la posición con Oscar Piastri. Cada vez que uno intentaba adelantar, el otro reaccionaba, cerrando el espacio justo a tiempo. No había margen de error, y ambos estaban al límite, jugándoselo todo.
Alice Pirelli observaba desde el pit wall, sintiendo el corazón martillear contra su pecho. Sabía que Franco estaba llevando el coche al límite, quizá demasiado. Pero él era así; cuando olía la oportunidad de una buena posición, no pensaba en retroceder.
—¡Colapinto va muy agresivo contra Piastri! ¡Están a milímetros de tocarse! —gritaba el comentarista, atrapado en la emoción de la carrera.
Franco buscó el espacio en la siguiente curva, intentando adelantar a Oscar por el lado interno. Pero en el último instante, Piastri cerró la línea, forzando a Franco hacia el borde de la pista. Los dos monoplazas se acercaron demasiado, y fue cuestión de un segundo: Oscar hizo un movimiento brusco, apenas un toque en la rueda trasera de Franco. Pero fue suficiente.
Alice vio cómo el monoplaza de Franco se desestabilizaba en un parpadeo. La parte trasera del coche giró violentamente, y en un instante perdió el control, girando de costado hasta impactar contra el muro de contención con un estruendo ensordecedor. El auto quedó atrapado, y de inmediato las llamas comenzaron a alzarse desde la parte trasera, cubriendo el vehículo.
—¡No... no! —exclamó Alice en voz baja, congelada por el terror mientras observaba cómo el monoplaza de Franco comenzaba a arder.
—¡Accidente terrible para Franco Colapinto! —anunció el comentarista, su voz trémula—. ¡El auto ha chocado contra el muro y está en llamas! ¡Esperemos que el piloto esté bien, pero... esto no pinta nada bien!
Sin pensar, Alice saltó del pit wall y comenzó a correr hacia la pista. Los gritos del equipo, las voces alarmadas de sus compañeros por el intercomunicador, todo se volvió un eco lejano. Lo único que importaba era Franco, atrapado en ese infierno.
