-. No puedo creer que la pequeña Cori finalmente público un nuevo libro -, murmuraba Julia. Aquella sesión, sin poder evitarlo, se había convertido en una atracción para sus amigas.
-. Es una lástima que Cristian esté de luna de miel. Se habría muerto de risa al ver tu cara, Cori -, se burló Gabriela.
Lo cierto era que, para ella, la experiencia de aquel libro no estaba siendo algo demasiado agradable.
Mientras intentaba distraer su mente del terrible dolor de cabeza causado por los constantes gritos de sus compañeras, miro la pared de su oficina, esa que en tan solo cinco años había experimentado grandes cambios. La frase de Harper Lee había sido reemplazada por la de Jave, y la Barboleta y la libélula ya no se besaban.
-. No puedo creer que finalmente tenga una razón para una nueva historia -, susurró María Corina. La idea aun le parecía un tanto descabellada.
-. Han sido cinco años muy duros, Cori-, le dijo su Jefe -... Creo que esta será una muy buena forma de comenzar una nueva etapa.
-. Una nueva etapa -, suspiró.
Después de todo el dolor que había vivido aquello no se escuchaba tan mal.
Al salir de la editorial entró al auto que ahora le pertenecía. El interior estaba algo sucio, pero no le importaba. Mantenerlo así le hacía sentir que una parte de Mónica Haro estaba siempre junto a ella.
Condujo lentamente hasta un lugar al que no habría esperado volver a entrar y llamó al elevador. En menos tiempo del que pensaba se encontraba frente a la puerta del departamento 18-D, cuestionándose en silencio si alguno de los vecinos había experimentado alguna vez una historia de amor tan triste como la suya.
Suspiró antes de entrar, pues había estado evitando aquella escena durante ya mucho tiempo. Aquel no era un lugar en el que realmente amara estar.
No luego de todo lo sucedido.
Al entrar encontró motas de polvo, cajas que pronto abandonarían el lugar, muebles viejos y un aire melancólico.
Realmente odiaba estar allí.
Sintió alivio al recordar que aquel departamento se vendería. Algunos malos momentos debían de quedarse allí para siempre.
Encontró entonces una caja, la única caja que le importaba llevar, y la abrió para encontrar así la colección completa de los libros de un demente. Y, aunque le traía malos recuerdos, no pudo evitar tomar uno y sentarse en la terraza con un suspiro.
Todo esto llevó su mente a aquella noche en la que Mónica se había sentado allí con deseos de morir. El corazón se le encogió en el pecho y en sus ojos se formaron lágrimas que intentó retener.
Jamás podría describir el dolor que sintió esa noche.
Reteniendo sus lágrimas comenzó a leer el libro de Jave en voz alta. Tal vez el viento podría llevarle sus palabras a alguien que las necesitara.
-. ¡Pobre pez! Gritaba el marino. ¡Pobre marino! Gritaba el pez. Y fueron pobres juntos... Y en el funeral había un cuerpo sin vida, pero quien se veía sin vida era la viuda... ¿Se salvó? Preguntó la princesa... ¡Mira! ¡Manzanas! ¡Peras! Y tú...
No supo exactamente cuánto tiempo estuvo leyéndole al viento, pero al escuchar a su móvil sonar y ver el atardecer supo que había sido demasiado.
-. ¿Amor, eres tú?... Lo sé, lo siento. El tiempo pasó volando... Estoy en el departamento, amor. Y no, no se siente bien. Realmente estoy agradecida de que Luigi decidiera venderlo -, su voz era pacifica, así como las ráfagas de viento que golpeaban su rostro. Una sonrisa adornaba su rostro, y es que finalmente podía sentirse completamente feliz -... ¿Tu turno ya ha terminado?... Joder, lo siento tanto amor. Sé que querías comer junto a mí, pero... ¿Realmente la has dejado nuevamente en el hospital?... Está bien, la buscaré yo. Supongo que será mi forma de pedirte perdón... ¿Te veo más tarde?... Está bien, no tardaré. Te amo.
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Shameless
RomanceSu primera cita no fue típica, tampoco la segunda y mucho menos la tercera. Ella no era típica y su historia tampoco lo seria. Basada en: María Corina Machado. Empezada el 09/01/2016 Terminada el 18/06/2016