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Perfume. (omegaverse)

Lisa simplemente podía resistirlo, cada noche, el aroma de Jennie la llevaba de vuelta a su habitación.




Esa noche, la casa de su novia estaba en completo silencio, todos los demás ya dormían, pero Lisa no podía quedarse tranquila, su mente, su cuerpo, y sobre todo su corazón, estaban completamente concentrados en una sola persona; Jennie Kim, su hermosa omega de ojos rasgados qué tanto amaba.

Con pasos silenciosos, Lisa se escabulló por el pasillo, asegurándose de que nadie la escuchara, llegó a la puerta de Jennie, la cual estaba apenas entreabierta, como si la omega supiera que Lisa vendría.

Lisa sonrió para sí misma, una sonrisa llena de picardía y deseo, empujó la puerta con suavidad, adentrándose en la habitación con mucha precisión.

Allí estaba Jennie, dormida en su cama, su fragancia dulce impregnada en toda la habitación. Lisa sintió cómo su propio cuerpo reaccionaba de inmediato al aroma embriagador de la omega, despertando en ella un hambre que solo Jennie podía saciar.

Se acercó despacio, sus ojos recorriendo la figura delicada de Jennie envuelta en las sábanas, sabía que no estaba haciendo lo correcto, pero lo correcto nunca había importado cuando se trataba de Jennie, había algo casi religioso en la manera en que se sentía atraída por ella, como si cada encuentro fuera una especie de ritual secreto que solo ellas dos entendían.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Lisa se inclinó, permitiendo que su aliento acariciara la piel desnuda del cuello de Jennie, la omega se movió ligeramente, sus labios emitiendo un suave suspiro, pero no despertó.

Lisa sonrió otra vez, sintiendo la satisfacción de poder observarla tan de cerca, de tenerla vulnerable bajo su mirada.

Finalmente, Lisa no pudo resistir y se inclinó aún más, hasta que sus labios rozaron la mejilla de Jennie.

—Jennie…— susurró, su voz como una caricia en la oscuridad, Jennie abrió los ojos lentamente, encontrando los de Lisa a pocos centímetros de su rostro, la omega no se asustó, sino que sonrió con esa expresión suave y cálida que siempre desarmaba a Lisa.

—Sabía que vendrías— murmuró Jennie, su voz apenas audible, cargada de anticipación.

Lisa no respondió con palabras, en lugar de eso, deslizó su mano hasta la cintura de Jennie, levantándola con suavidad mientras la envolvía con sus brazos, el contacto entre ambas hizo que Jennie emitiera un suave gemido, y el aroma dulce de la omega se hizo más fuerte, inundando el sentido del olfato de Lisa.

—No pude evitarlo — susurró Lisa, su boca rozando el lóbulo de la oreja de Jennie, provocándole un estremecimiento— Te deseo demasiado, Jennie.

Jennie se giró en los brazos de Lisa, mirándola con una mezcla de deseo y devoción.— Entonces no te detengas.

Sin decir más, Lisa la tumbó de nuevo en la cama, posicionándose sobre ella, dejando que su peso, su poder, y su esencia alfa rodearan por completo a la omega.

Jennie lo deseaba, lo necesitaba, y Lisa estaba más que dispuesta a dárselo todo, esta noche no había reglas, no había barreras, solo ellas dos, entre susurros, confesiones y besos robados en la oscuridad.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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