Capítulo 17.

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De su espalda sacó el periódico de la mañana y lo abrió enseñándome lo que había en primera plana; una foto mía en la supervisión del proyecto del edificio, la foto la sacaron el día en que tuve el colapso frente a los trabajadores.

Mi foto con letras grandes que ocupaban grande parte de la imagen: El mejor supervisor de la ciudad.

—¿Qué te parece? —observó el periódico como si se tratara de un trofeo de oro con diamantes.

Todas mis emociones se revolvieron al leer la gran mentira que decía en ese periódico:

Dylan Marqués Portillo el hijo menor del Ingeniero Daniel Marqués, fué nombrado el mejor supervisor adolescente de la ciudad.

Su labor de supervisor en los avances del famoso edificio digital, proyecto de la sociedad de las empresas "Marqués, apellido de hombres fuertes" y Arlofor (Arquitectura logra fortuna) fué un logro para la familia Marqués que no solo benefició a Dylan Marqués Portillo en su futuro profesional; sino también al mismísimo Ingeniero Daniel Marqués, que llegó más alto en su carrera.

Se dará una entrevista en la empresa Marqués, en donde tendremos el privilegio de escuchar las declaraciones del Ingeniero Daniel Marqués y de su hijo menor del proyecto del edificio digital y escucharemos lo que tienen que decir para la prensa.

—¿Qué es esto? —tomé el periódico con ganas de hacerlo pedazos, esto definitivamente superó todos los límites de mi papá.

—¿Cómo que qué es esto? —me arrancó el periódico y comenzó a pasear por mi habitación observando todas mis cosas como siempre lo hace —Este es tu futuro profesional: ser un Ingeniero como tu padre y ser el pilar de la empresa de la familia en unos cuantos años —se puso erguido y su voz arisca me golpeó en el pecho logrando sacarme de quicio.

—¡No señor! —exclamé arto de su autoridad injusta.

—¿No?, ¿Cómo que no? —dió la vuelta acercándose a pasos rápidos y con las venas brotadas.

—Lo que escuchaste: no. No quiero ser parte de una mentira como la que dice en ese periódico —señalé el papel con la espalda erguida como me enseñó de niño.

—¿Entonces qué quieres hacer de tu vida? —atacó con el rostro inexpresivo, pero su cuerpo expresó el enojo que su rostro quería ocultar —¿Piensas vender hamburguesas en la esquina como un pobre infeliz?

—No me daría vergüenza hacerlo —confesé seguro —; yo no siento rechazo hacia las personas de bajos recursos... Como tú... Tampoco sentiría rechazo hacia mí mismo si tengo que vender hamburguesas en la esquina —Por primera vez desde hace años, me sentí valiente.

—No tienes idea de lo que estás diciendo; eres un niño ingenuo que no sabe lo que quiere —negó dándome la espalda, siendo mi jefe hasta en la privacidad de mi habitación.

—Lo único que quiero es no estar en esa entrevista diciendo puras mentiras; porque sabes perfectamente que lo que dice allí es mentira —señalé el periódico bajo su brazo que no quería soltar.

Clavó su mirada arisca en mis pósters remendados —¿Para qué están mis contactos y mi dinero? —decretó —Están para usarlos a mi favor aunque haya que mentir para conseguir lo que se desea.

Bajó la cabeza buscando su siguiente arma en mi contra con las manos en sus bolsillos.

—Yo no quiero ni dinero, ni contactos, ni mucho menos el prestigio que tú tienes —busqué llamar su atención con mis movimientos exaltados, pero él simplemente los ignoró —¡Lo único que quiero es que me dejes en paz! —exclamé al borde del colapso.

Bajo la lluvia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora