6. KALON

23 2 3
                                    

Había una luz demasiado brillante, demasiado molesta, intenté girarme en busca de alivio, pero un dolor punzante me detuvo, una queja me abandonó y entonces me obligué a abrir los ojos

¿Qué es esto?

Ya no había vigas viejas y astilladas, en su lugar el color blanco y azul me recibieron con una sensación fresca, gire la cabeza, a la derecha, había un elaborado ventanal bañado en oro que cubría toda la pared, las gruesas cortinas estaban abiertas permitiendo el paso de la luz y quedé sin aliento cuando a través de un enorme balcón, se extendía con inmensidad azul y verde, miles de árboles y una extensión de infinito y claro cielo

—Pensé que jamás despertaría —una voz grave, profunda invadió la estancia, mi piel reaccionó al instante y los escalofríos recorrieron mi espina dorsal

Giré, a mi izquierda, en un sofisticado sillón de terciopelo azul, estaba aquel hombre, verlo fue como recibir un golpe en el estómago,  y de nuevo me sentí asfixiada por su presencia.

Por fin podía ver su rostro, tenía la mandíbula cuadrada, su piel parecía de terciopelo y por algún motivo, el tipo parecía resaltar con todas esas prendas negras…  me sentí insignificante a su lado

Una de sus piernas, estaba cruzada sobre la otra, su mano derecha estaba  sobre su mentón cubierto de una espesa barba oscura, sus ojos no se apartaban de mí y no podía evitar cierta inquietud ante esa oscura tormenta

Por los Dioses ¿acaso existía ese color? era una mezcla entre azul y gris, un color que estaba segura solo existía en su mirada

Se incorporó pegando la espalda al respaldo del extravagante sofá, era alto aun estando sentado, corpulento, mucho más que Ed, o cualquier hombre al que hubiera visto antes

Imponente

El aire se atascó en mi pecho y por un segundo sentí que olvidaba como respirar pero me obligué a no detener mi escrutinio, esos rasgos maduros ¿Qué edad tendría? Quizás una década más que yo

Vi sus hombros subir y sus ojos se estrecharon, intimidante, peligroso y estoy segura de que, en un mundo normal, jamás existiría un ser así. Este hombre era una criatura fascinante… y aterradora

Aparté la mirada

—¿Dónde estoy? — solté intentando incorporarme, pero una nueva punzada me inmovilizó, apreté los ojos un par de segundos antes de volver a verlo

Sus ojos seguían clavados en mí y su gesto, que portaba una expresión dura, casi molesta en las cejas, estaba imperturbable

—En la comodidad y calidez de una habitación al parecer — ¿Intentaba… hacer una broma? No sabía si eso me molestaba o me preocupaba. Fruncí el ceño y decidí lanzar una nueva pregunta

—El hombre que venía conmigo— su postura cambió y cruzó sus enormes brazos sobre su pecho, cierta tensión se alojo en sus hombros —¿Dónde está? —me adelanté a decir

Quizás debía preguntar porque me tenía en una lujosa habitación o por qué estaba sobre una cómoda y suave cama, como si no fuera una prisionera, pero... yo estaba bien... por ahora, y necesitaba saber dónde estaba Ed… si su corazón seguía latiendo

—¿El chico con quien tiene un romance? — sonrió burlón, un vacío se formó en mi vientre y no supe si era miedo o… quizás vergüenza,  lo que sentí— Se supone que ese hombre es su escolta ¿no?

—¿Dónde está?— exigí saber desviando cualquier otro comentario

Esta vez alzó una de sus tupidas cejas.  Ese gesto molesto que tenía entre las cejas casi desapareció y aquello solo me dijo que esa expresión era parte de su anatomía. Se levantó del sofá, rodeó la cama y se plantó frente ventanal

KalonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora