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Dos meses después.

Una joven se encontraba siendo perseguida por tres camionetas, ella conducía una una auténtica bestia sobre dos ruedas que alcanzaba una velocidad máxima de 400 km/h. 

Sus ojos estaban vacíos, su mirada estaba perdida. Había dejado a su chica. Lejos de ella, era su única debilidad y sus enemigos lo sabían. Consigo llevaba una pistola, la cuál colocó una larga y delgada caja metálica que se inserta, por la parte inferior de la empuñadura de la pistola, sería una forma de defenderse. Extrañaba tener a sus amigos ayudándola y suspiró, la velocidad subía y el sudor de su frente frotaba cada vez más, estaba nerviosa.

Una vuelta más, dos quizás, perdía la cuenta, iba a tal velocidad que casi no podía ver con claridad, sus ojos se abrieron al ver a un pequeño animalito cruzar la calle, su corazón latía con fuerza, frenó justo al frente de aquel felino, ojos azules y pelaje blanco y gris. La manera brusca y el sonido de la motocicleta asustó al pequeño animal, el cuál no se movía del lugar.

- Mierda, casi te aplasto.

Sus ojos miraron al gatito que seguía allí, estando prácticamente perplejo. Sus manos intentaron agarrarlo y así es como el pequeño gato se volvió su acompañante.

El gatito al sentir el calor de la chica se recostó sobre su pecho y ronroneó. Vaya, le agrada la chica. De nuevo se escucharon pasar dos autos, la chica coloco al gatito en su mochila y agarró la motocicleta, sin prenderla la movió del lugar para esconderla sin que se pudiera notar, con la mirada se dio cuenta de que había un pequeño puente, corrió hasta el lugar y se escondió bajo ese, había una pequeña repisa y algunas cajas, como pudo quitó unas tablas del lugar y había una especie de puerta. Las camionetas frenaron, el sonido no era brusco.  Se escucharon los pasos de algunas personas.

Señor, no hay nadie por aquí.

- Mierda, debemos encontrarla, ¡Búscala!  - Apretó sus manos formando un pequeño puño. -

Estoy tratando de escuchar las voces que hay bajo mío. El gatito se mueve y busca salir de la mochila. Si hacía cualquier ruido se darían cuenta de mi presencia. Agarré la maleta con cuidado y lo dejé salir, no quería que nos descubrieran, el gato salió por otra parte y el hombre se dio la vuelta, iba a dispararle al gatito solo porque lo había asustado.

- Que desgracia, todos quieren ser mis enemigos, deberías ahorrarte la simpatía. - Hablé parándome atrás del sujeto.

Deberías preocuparte, tienes un hermoso rostro y lo vas a dañar por rasguños. - Respondió mirandola con algo de desagrado.

- Deberías preocuparte por tí mismo. - Miré con asco al tipo, llevaba una cicatriz en el cuello, la marca de una de las pandillas más famosas.

Tras decir aquellas palabras el hombre se lanzó contra ella y una pelea empezó, el iba a golpearle y ella inclinó el cuerpo hacia el lado derecho mientras mantenía la vista en el contrario. Usó sus piernas para moverse con rapidez y deslizarse fuera del alcance del golpe. Una vez ella haya esquivado el ataque, aprovechó la apertura creada para lanzar un contraataque preciso, agarrando la navaja que siempre llevaba en su bolsillo,por lo que se acercó al tipo contrario con agilidad y clavó la navaja en su estómago.

Aunque no fue mi plan inicial, no me opongo a causar estragos.

Dijo la chica mientras sacó la navaja del interior del contrario, el cuál cae de rodillas al piso, se acercó otra vez a él y nuevamente hirió con la navaja su pierna derecha.

- Juguemos un poco, nadie vendrá a buscarte porqué están buscando a alguien que ni siquiera conocen.

El hombre gimió de dolor, su sangre salía cada vez más y el dolor no tardaba en aparecer. El dolor no dejaba que hablara por lo que sería más satisfactorio para mí.

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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