me gusta hanknow. Hanknow mis papis.
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La música resonaba en cada rincón del estadio mientras Stray Kids lo daba todo en el escenario. La energía era intensa, las luces brillaban en sincronía con cada beat, y el público vibraba con cada movimiento. Esa noche, el grupo estaba interpretando una coreografía especial con bailarines invitados, lo cual añadía una dosis extra de emoción. Pero para Han, esa emoción estaba mezclada con un sentimiento que se esforzaba en reprimir: los celos.Mientras los chicos giraban y se movían en perfecta sincronización, Han no podía evitar notar cómo Minho, siempre metido en su papel de bailarín, estaba completamente entregado a la coreografía. Con cada paso, cada mirada que intercambiaba con los bailarines, cada giro, Han sentía una punzada en el pecho. Había algo en la forma en que Minho se acercaba a uno de los bailarines, en la manera en que sonreía ligeramente, que lo hacía hervir por dentro.
A pesar de todo, Han mantuvo la sonrisa de artista, consciente de que estaba en el escenario, con miles de ojos sobre ellos. Pero en su cabeza, una tormenta de pensamientos nublaba su concentración. Mientras todos se movían en perfecta sincronía, Han intentaba mantenerse enfocado en la coreografía, aunque su mirada iba inevitablemente hacia Minho. Observaba cada interacción, cada contacto, y la manera en que Minho parecía completamente inmerso en el baile. Aunque sabía que no era nada, no podía evitar sentirse… desplazado.
Finalmente, llegó el momento en que los bailarines se alejaron y los chicos se juntaron en el centro del escenario. Cuando los focos se apagaron y volvieron a iluminar la escena, ahora solo estaban los miembros de Stray Kids frente al público, en una formación cerrada. Al final del show, cuando hicieron la reverencia y se retiraron del escenario, Han respiró profundamente, intentando tranquilizarse.
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Ya en los vestidores, los chicos charlaban emocionados sobre la presentación, pero Han permanecía en silencio, distraído. Estaba de pie junto a una pared, observando cómo Minho hablaba alegremente con algunos de los bailarines que habían colaborado. Cada risa, cada gesto, hacía que sus pensamientos celosos resurgieran.
En un momento, Minho se dio cuenta de su mirada y se acercó, aún con una sonrisa relajada.
—¿Todo bien, Jisung? Estuviste increíble hoy —comentó Minho, inclinando la cabeza para buscar su mirada.
Han, sin embargo, mantuvo los brazos cruzados y miró hacia otro lado, intentando disimular. Pero Minho notó que algo andaba mal, así que no se alejó, esperando a que Han hablara.
—Nada… —respondió Han finalmente, su voz un poco tensa—. Solo me pareció que estabas muy… cómodo con ellos allá arriba.
Minho lo miró, sorprendido, pero su sorpresa pronto se transformó en una sonrisa suave y comprensiva. Dándose cuenta de lo que le sucedía, se acercó un poco más, lo suficiente para que su presencia calmara un poco la inquietud de Han.
—Jisung, no hay nadie en este mundo que me haga sentir lo que tú me haces sentir —dijo Minho en un susurro, para que solo él pudiera escucharlo—. Todo eso fue parte del show, pero tú sabes que siempre voy a estar aquí contigo, ¿verdad?
Han levantó la mirada y, al ver la sinceridad en los ojos de Minho, su enojo comenzó a desvanecerse. Una sonrisa se asomó en sus labios, y, aunque se sentía un poco avergonzado por sus celos, no pudo evitar tomar la mano de Minho, apretándola con cariño.
—Lo siento —admitió Han—. Es solo que... cuando te veo así con otros, me cuesta recordar que esto solo es un show.
Minho lo miró con ternura, asintiendo en silencio. Sin soltar su mano, acercó su rostro al de Han, susurrándole con voz suave.
—Jisung, siempre, después de cada show, el lugar al que vuelvo es a tu lado. Porque tú eres lo que me hace sentir completo.
Ambos compartieron una mirada intensa y profunda. Entre las luces y el ruido del estadio, en ese pequeño rincón de los vestidores, era como si solo existieran ellos dos, ajenos al mundo exterior.
