Encuéntrame en el 2001 [En proceso]

11 de julio de 2010 9:03 AM

Alina

Está bien, Alina. Es solo sangre, no es algo de lo que avergonzarse. Además, hay otras cosas que se pueden hacer. Eso es lo que me repetí mientras terminaba de cepillarme el cabello. Me había puesto una bata de baño para estar en la tranquilidad de mi habitación. La boda era recién a las 17:00 PM, así que despertarme a esta hora era un poco exagerado.

¿Acaso todas las mujeres que están a punto de casarse deben estar tan nerviosas? Digo, es un poco tonto. No me estoy arrepintiendo ni que esta boda significa que recién empezaremos a amarnos. Es solo un contrato para que todos nos reconozcan como pareja.

Alguien comenzó a tocar la puerta y tuve que dejar el cepillo a un lado. La persona del otro lado golpeaba con mucha fuerza. ¿Será mi prometido? ¿Mónica que encontró una solución? ¿O Genevive que viene a contarme otra de sus peleas con su novio?

Para mi decepción, no era ninguno de ellos, solo era mi padre.

—¿Por qué tan decepcionada? —preguntó de mal humor, ni siquiera esperó a que lo dejara entrar.

—¿Y tú, a dónde tan contento?

Él se quedó mirándome como siempre, como si yo fuera su mayor enemigo.

—Te odio —dijo con resentimiento.

Rodé los ojos. —¿Y eso a mí qué me importa?

—De todos los días que pudiste haber elegido... decidiste casarte el día de la final de la Copa Mundial de Fútbol.

Y otra vez con eso. Mi padre no superaba el hecho de que mi boda coincidiera con el último partido de la Copa Mundial, en el que se decidiría si Países Bajos o España serían los ganadores. No era solo mi padre quien se había quejado, mi prometido, nuestros amigos irritantes y muchos otros invitados también lo habían hecho.

—Ya te dije que cambiar el día de la boda no es una opción. Tuve que reservarlo con un año de anticipación, no tenía idea de que esto pasaría.

—Yo realmente debí haber usado condón.

Me di la vuelta y fui al baño para terminar de cepillarme el cabello.

—Sí, sí, no me interesa. Tengo problemas más importantes en este momento. Acabo de menstruar y no tengo idea de cómo lograré tener la mejor noche de pasión de mi vida.

—Pues no te cases. Además, ese chico no me gusta.

—Ay, papá, ¿de verdad solo viniste a molestar?

Me giré y mi padre ya estaba acostado en mi cama, con los ojos cerrados. ¿Será que...? Apreté los puños furiosa, se había prometido a sí mismo que no bebería alcohol. Debí haberme dado cuenta en cuanto llegó, pero ya estaba tan acostumbrada a que siempre estuviera un poco ausente que no le di importancia.

Genial, mi padre está borracho el día de mi boda.