|Capítulo 3: El 11 de septiembre|

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Alina

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Alina

No sabía si el primer día de clases había sido realmente bueno. Me había quedado despierta hasta tarde leyendo el manual de convivencia del club al que me iba a unir, y tenía que admitir que eran un tanto extremas las reglas... Estaba prohibido ser parte de otro club o incluso ser fan de otro grupo musical, especialmente de los Backstreet Boys (y se enfatizaba mucho en este punto). También se prohibían los novios, ya que debíamos ser totalmente fieles a los miembros de NSYNC.

Pero, de todos modos, no me gustaban los Backstreet Boys y tampoco tenía novio, así que no perdía nada con unirme al club. Estaba lista para salir hacia la escuela cuando bajé las escaleras y vi a mi mamá, a la Sra. McKay e incluso a Marissa frente al televisor con expresiones de preocupación.

—¿Qué está pasando? —pregunté, sintiéndome intrigada.

Mamá me hizo un gesto para que guardara silencio. Me acerqué y me puse frente al televisor, donde una periodista informaba sobre terroristas que habían secuestrado aviones.

—¿Esto es real? —me pregunté a mí misma, sintiendo un escalofrío recorrerme el cuerpo.

—Dios mío, ¿por qué estarán haciendo esto? —susurró mi madre con voz entrecortada, mostrando su preocupación.

Nos quedamos un buen rato mirando la televisión. Al parecer habían secuestrado varios aviones de acá en Estados Unidos, y no se sabía las verdaderas intenciones de ello.

Sentí cómo la ansiedad comenzaba a apoderarse de mí. No me gustaba cuando ocurrían este tipo de situaciones. Necesitaba despejarme, así que me dirigí a la cocina. Aunque mi estómago gruñía, no tenía apetito en ese momento. Tomé la bolsa de basura que ya estaba llena y salí por la puerta trasera para ir a tirarla en los contenedores de basura.

Las calles estaban desiertas y solo algunos coches que pasaban ocasionalmente. A lo lejos, pude escuchar voces, una de ellas claramente pertenecía a Silas. Él salió de la casa de los Shields y, al percatarse de mi presencia, se acercó rápidamente hacia mí. Detrás de él, salió un chico de cabello oscuro que llevaba puesta una camiseta a rayas.

—¡Alina! —me saludó Silas mientras se acercaba hacia mí.

El desconocido detrás suyo,mantuvo una expresión serena.

—Hola... —respondí un poco nerviosa, sin saber exactamente por qué. Silas pareció notar mi incomodidad.

—¿Ya se conocen? —preguntó curioso mientras nos miraba a ambos.

Tanto el chico como yo negamos conocer al otro. Me preguntaba si él era realmente Dorian, el hermano mayor de Hayden. Observé su apariencia y noté que era atractivo, pero a diferencia de Hayden, quien se asemejaba más a su madre, Dorian tenía una apariencia distinta. Sus ojos eran perezosos y tenía una nuez de Adán bien definida. Aunque no era más alto que Silas, superaba mi estatura. Su expresión parecía seria, quizás un poco aburrido.

Encuéntrame en el 2001 [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora