Jamás esperé que sería la presa de una vampira, de un ser inmundo que me mantendría cautiva desde el primer momento en que comenzaría a verla.Me daba curiosidad su presencia en el pueblo. Pensé que tal vez solo estaba de paso pero me equivoqué.
Desde niña me habían gustado las historias donde chicas jóvenes se enamoraban de estos seres pero no llegué a pensar que terminaría en las garras de uno, más bien, entre sus dientes.
—¿Puedes abrirme? —me dijo la noche en que comenzaron los asesinatos. Tenía su boca cubierta de sangre y sus ojos rojos me daban un miedo horrible.
No sabía que hacer. Me sentía tentada a poder ayudarla. Estaba mal. Era una asesina. Un ser despiadado que seguramente buscaba alimentarse de mi sangre pero era yo la única que le había prestado atención
Me acerqué a la ventana y la abrí. Nuestros ojos se encontraron y juro que vi un brillo distinto en los suyos que me hizo confiar en que todo iría bien.
—¿Cómo te llamas? —preguntó con voz ronca y siniestra, mientras entraba en la habitación.
Llevaba una camisa blanco manchada de sangre y pantalones algo gastados.
—Keila —respondí en un hilo de voz y vi su sonrisa. Una sonrisa torcida y tan jodidamente hermosa.
—Un gusto, Keila —se me acercó y colocó su mano en mi mejilla, acariciándola con mucho cuidado—. Un nombre muy bonito para una chica tan bonita —susurró cerca de mi rostro y pensé que me besaría pero no me aparté. Ni siquiera me moví.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunté con la voz entrecortada.
Ella sonrió. Esa sonrisa me estaba gustando mucho. Tenia algo bastante siniestro en sus labios. Algo atrayente.
—A ti —me dijo maximizando su sonrisa. Sentí un escalofríos en todo mi cuerpo y por instinto, retrocedí—. No tengas miedo, chiquita, no te haré nada —su voz no me tranquilizaba. Se lanzó sobre mi, y agarró mis brazos. Me quejé por sus agarres y acercó sus labios a mi cuello.
—Alé-jate —musité.
Me olfateó de una forma que mi piel se erizó. Sus dientes rozaron mi cuello como buscando el lugar adecuado para hincarlos y sentí como me perforaban. Intenté moverme y solté un fuerte gemido. No dolía. Más bien, me excitaba. Me excitaba de una manera que jamás imaginé. Mi cuerpo cedió y ella bebió de mi sangre satisfecha. Soltó mis manos y me sujetó de la cintura, pero sin sacar sus dientes.
—Déjame —murmuré y mis brazos permanecieron a ambos lados de mi cuerpo, como si no tuvieran vida.
Y por fin, me soltó. Emitió un gemido de satisfacción y lamió mi cuello como si su vida dependiera de ello.
Tenia leves espasmos. Mis piernas perdieron fuerza. Ella me sostenía y me daba caricias en mi cabello.
—Todo estará bien —decía suavemente, cerca de mi cuello.
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Atracción prohibida 🔥
VampireKeila es una joven de 18 años que desde hace mucho esta siendo acosada por un ser de la noche. Lila, es una vampira ancestral que rompe su rutina al sentirse atraída por una humana y no puede solo explicar esa atracción. Así que decide secuestrarla...