XXXII

266 19 0
                                    

Capitulo Treintaidos.

"¡Vamos, ven aquí! ¡Debes tomar tu medicina, Lottie!"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"¡Vamos, ven aquí! ¡Debes tomar tu medicina, Lottie!"

  Aquella voz tan cariñosa y fresca, llegaba a su mente como un tornado: destruyendo todo a su paso.

  Recordaba la efusividad del momento, las huidas y las risas, aunque el escenario aún se hallaba difuso. Era como si una ventana se hubiera abierto, dejando paso a un acogedor campo lleno de colores brillantes; sus recuerdos.

¿Pero por qué?¿Por qué ahora y no antes?¿Fue tan insignificante el recuerdo que su mente lo borró? O tal vez fue lo contrario...

  ¿Qué es lo que estoy pasando por alto? Pensaba Charlotte, completamente sumergida en sus pensamientos.

"¡No, es asqueroso!"

  Chillaba la niña, reacia a permitir que la obliguen a tomar aquello que tanta repulsión le causaba.

"Debes hacerlo. Prometo darte un premio si te lo tragas de un sorbo"

  La voz de Rowan retumbaba en sus memorias, tan suave como siempre lo ha sido, pero tan lejana como aquel recuerdo que volvía a abrirse paso en su mente.

"¡Pero no me gusta! ¡Harás que recuerde esto toda mi vida!"

"No, pequeña. No debes preocuparte por eso, ¿Sí?... Te prometo que no recordarás nada de este día, solo si te tomas la medicina"

"¿Nada de nada?"

"Nada de nada. Lo prometo..."

De acuerdo. Necesitas tomar aire.

  Un fuerte tirón hizo que saliera rápidamente de sus pensamientos, y para cuando quiso protestar, ya se encontraba en medio del bosque, sujeta de la mano de Edward Cullen.

  Charlotte sintió como el vampiro le daba una cálida caricia en el dorso de su mano, para luego inclinarse y apartar un mechón de cabello que le cubría el rostro.

  Lentamente, levantó la mirada y notó de inmediato que él parecía estar sufriendo, como si su dolor se intensificara al verla de esa forma, aunque no lo expresara con palabras.

— Tuve que sacarte de ahí, estabas por tener un ataque de pánico — murmuró con suavidad, sin la necesidad de elevar mucho la voz debido a su cercanía — Lo mejor será que te sientes— instó, señalando un tronco caído.

  Charlotte no emitía tonada alguna, tal vez por la necesidad de ordenar su cabeza o porque sentía que no era necesario al estar junto a él. Sentía sus botas clavarse en la húmeda tierra y cómo algunas gotas de agua atrapadas en las hojas de los árboles, caían y chocaban su rostro de vez en cuando.
  Edward jaló de su mano y, lentamente, la llevó hasta el tronco indicado haciendo que se siente, para luego tomar asiento a su lado, lo suficientemente cerca como para sentir su cuerpo.

°THE BOY IS MINE°   ||   Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora