6. Una nueva oportunidad

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DISCLAIMER: Los personajes de "Candy Candy" no me pertenecen, son propiedad de Kyoko Misuki e Yumiko Igarashi. Realizo esta historia con fines de entretenimiento y sin ningún ánimo de lucro. Sólo el ferviente deseo de liberarme de la espinita clavada en el corazón después de ver el anime y leer el manga. Por siempre seré terrytana de corazón.

DESEOS DE AÑO NUEVO © 2017 by Sundarcy is licensed under CC BY-NC-ND 4.0. Está prohibido la reproducción parcial o copia total de este trabajo.

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A medida que el entumecimiento del sueño se desvanecía lentamente de su cuerpo, Candy contuvo el aliento al tomar consciencia del lugar donde extrañamente se encontraba. Por raro que pareciese, estaba parada en medio de un gran salón blanco lleno de una luz casi cegadora. Sin entender exactamente que sucedía, todavía seguía procesando lo que sus ojos entrecerrados veían, mientras trataba de adaptarse a semejante luz a la que estaba expuesta, luego de haber estado tanto tiempo a oscuras.

Ni en sus más extraños sueños se había visto alguna vez en este tipo de lugar. No había absolutamente nada en el salón, todo estaba vacío, pero el entorno parecía otorgarle tanta paz e infinita tranquilidad, que sentía que no había peligro alguno.

"¿Esto es el Cielo?"—se preguntó un poco desorientada, comenzando a caminar y dando vueltas por el cuarto.

Muy bien podría serlo, parecía tener la apariencia de lo que muchos decían era el Cielo. Tal vez esto era lo que viene después, entre el Cielo y la Tierra.

"¿Qué debo hacer ahora? Parece como si estuviera perdida." — se llevó una de sus manos a su boca en preocupación, sacudiendo ligeramente su cabeza. —"Esto sólo me puede pasar a mí. Debo ser la única persona que se pierde camino al Cielo."

—¡Al fin despiertas!— una profunda voz resonó en todo el lugar de repente.

Candy dio un grito del susto, brincando en su sitio al haber escuchado el eco de aquella voz. Desviando su inquieta mirada por todo el cuarto, trató de buscar el origen de aquella voz, sin poder encontrar por ningún lado a la persona que hablaba.

—Lo siento. — se excusó de inmediato, sin saber exactamente con quién se disculpaba o a dónde mirar. —Sólo estaba admirando el lugar.

—Eso no es necesario por ahora, Candy.

La joven soltó un jadeo de sorpresa, separando ligeramente sus labios. ¿Cómo es que sabían su nombre?

"Es el Cielo, ¿cierto? ¿Qué esperabas?" — se recordó. —"Aquí lo saben todo. ¡Incluso tus pecados!"

¡Sus pecados! ¡Ella tenía tantos! Agrandó los ojos recordando ese pequeño detalle, juntando instintivamente sus manos en su pecho.

"¡Ay, Dios mío! Siento tanto haberme escabullido en el despacho de la Srta. Pony muchas veces sólo para comerme los chocolates de su reserva especial." —admitió internamente con cierta vergüenza —"En verdad me apena mucho, incluso cuando me hacía la desentendida mientras la Srta. Pony se preguntaba porque el número de chocolates se reducía inexplicablemente. También, he hecho muchas otras cosas malas como..."

—No es necesario que confieses nada más, Candy. Sí sabemos que solías comer a hurtadillas los chocolates de la Señorita Pony, y todo lo demás que quieres reconocer.

"Sí lo saben." — su corazón se hundió en su pecho y la verdad de la situación le cayó como un repentino torbellino. Si realmente estaba en el camino al cielo, eso sólo significaba que...

—¿En verdad he muerto?—no pudo evitar preguntar, enfocando su mirada en el blanco suelo. Una repentina sombra oscureció sus hermosos ojos verdes al pensar en todas las personas que quería y que dejó atrás.

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