Capítulo 43 | Sorpresa

70 7 25
                                    

—¡No me toques! —Dalton se intentó zafar de las cadenas, pero obviamente no pudo.

—Amigo, no estés tan enojado, no tengo la culpa de que estés aquí. Bueno, sí un poco, pero no toda. Mira, al menos estás cómodo en esta habitación, ¿No lo crees? Vamos a dejarte como nuevo y a cambiar parte de tu cerebro para que en vez de insultarme como has hecho todos estos días, termines diciendo que me amas. 

—Vale, que al parecer te metiste droga, porque no estás pensando con coherencia en lo absoluto. Puedes hacer lo que quieras, pero dudo mucho que el tiempo sea un factor positivo aquí. Matias está actuando como un imbécil y ahora no está razonando ni un poquito. ¿Crees que es fácil jodernos a todos así como así? Pues déjame decirte algo, ¡Es un rotundo no! Ni siquiera... —Jackson lo tomó del rostro con fuerza, haciendo que el contrario se callara y solo lo mirara a los ojos. 

—Aquí todos estamos en riesgo de perder algo, Kassi, pero no me ves llorando, ¿Cierto? Aunque la verdad, creo haberte dicho alguna vez que no tengo nada que perder y menos ahora. Él tampoco tiene nada que perder. 

—Entonces, déjame decirte una verdad también, aquí ustedes son solo fichas de ajedrez que han estado moviendo sin parar hasta terminar donde él lo desea. Nadie puede ganarle a My Love, ten eso muy en cuenta. Es como jugar a ver quién se autodestruye primero. Puedes hacerme lo que quieras, porque al final, tú vas a estar suplicando que no te mate. Créeme, lo haré yo. Seré quien tome tu puto cuello y lo coloque sobre una fuerte cadena que me hará torturarte cada día dentro de esos círculos. 

Jackson se quedó en silencio, luego ladeó una pequeña sonrisa y se alejó un poco, tomando un martillo de la mesa. Lo pasó por su cuerpo y Dalton no parecía tener miedo, al contrario, estaba sonriendo, demostrándole que no le hará temblar con nada y menos ahora. Qué vamos, sabe perfectamente lo que intenta hacer y no lo va a lograr ni ahora, ni nunca. 

Le dio un martillazo en su abdomen y Dalton soltó un quejido, más intentó soportar el dolor. Lo tomó del cabello y echó su cabeza hacia atrás con fuerza mientras que lo mira fijamente a los ojos. 

—¿Cómo se vería tu rostro sin dientes? Quizás de ese modo hables menos. 

—No te imaginas lo mucho que disfrutaré destrozarte, Jackson. Te haré pedazos de la forma más horrible posible. Soy bueno en ello también, así que no lo dudes ni por un segundo. Soy Dalton Kassi, y yo tampoco pierdo. ¿De verdad te tomaste la tarea de investigarme? Porque al parecer, aún no tienes ni la menor idea de quién soy yo. 

Puede que la tormenta haya tomado forma en este momento, haciéndole también saborear del placer que le da imaginar su venganza final. Un momento es suficiente para hacer que suplique por su vida. Ladeó una sonrisa cuando Jackson lo soltó y salió de ahí echando chispas. Vale, que a veces le fascina ser como es, porque eso es un superpoder para enfrentarse a quien sea sin sentir miedo. 

Sabe que My Love llegará, que irá por ellos y que, aunque se tarde un poco, al final, estará ahí para demostrarle a Matias quien es el Rey del tablero y de todos los hilos que hay. Son suyos, no cabe la menor duda que es un experto armando trampas y llevándolos a donde necesita que estén. Es así como funciona, es así como hace su trabajo y como logra que todo vaya como quiere. Sí, de cualquier modo, ambos están luchando por la misma causa, haciendo que todo poco a poco termine siendo nada más un paseo por una pradera hermosa.

Jackson volvió, pero esta vez con más hombres, le quitaron las cadenas y este intentó defenderse de todos. Sin embargo, no pudo, lo tomaron con brusquedad y lo arrastraban a otro lugar. Ni siquiera gritó, solo se dejó llevar, puesto que no vale la pena hacer tanto esfuerzo en ese instante. Ladeó una sonrisa casi imperceptible. 

—Llegó tu hora, Kassi. Ese dispositivo estará en tu cabeza y vas a obedecer mis órdenes. Al menos de ese modo podré ordenarte quitarte la ropa para mí 

—Eres un asqueroso —Jackson soltó una pequeña risa.

—He deseado cogerte todo este tiempo, pero no te emociones, no quiero nada más de ti que cogerte. 

—Puto imbécil, te voy a matar.

—Cuando tengas ese dispositivo, ya no podrás hacer nada. Es mejor que te vayas acostumbrando a esa nueva vida lo más rápido que puedas.

Intentó colocarle un sedante que Dalton no permitió, ya que le pateó la mano, haciendo que este se le cayera. Jack lo miró y negó con una sonrisa, pidió que lo sostuvieran con fuerza y eso hicieron. Dal no podía permitir que le colocaran esa cosa, así que usó todo su esfuerzo en evitarlo. Pero no pudo y ya estaba por colocárselo cuando, de pronto, se escuchó una jodida explosión que hizo que todo retumbara y que los hombres lo soltaran. Este se puso de pie y se preparó para pelear. 

Aaron apareció en la habitación y Jackson le pidió que se quedara a vigilar a Dalton mientras él va a ver qué sucede. La Bestia quedó solo con él y el contrario quería acercarse para abrazarlo, pero no lo hizo, trató de controlar todos sus impulsos que le decían que fuera con él. 

Jackson corría por el lugar cuando otra explosión se escuchó. ¿Qué demonios está pasando? Buscó a Matias por todos lados y lo encontró, este venía corriendo en su dirección haciéndose la misma pregunta, pues se supone que nadie sabía de ese lugar, ¿No? ¿Cómo es que ahora está pasando eso? Todos tenían sus armas y se estaban preparando. Vieron al pequeño entrar entre todo el humo que había junto con sus hombres y su novio Tyler. 

—Estoy aquí, Matias. Creo que te toca perder.

—Yo no pierdo, pequeño.

—Pues creo que debiste de tener eso muy presente, porque yo tampoco pierdo —Y se escuchó otra explosión —. Tienes cinco segundos para devolverme a Dalton y a la Bestia, o esto se pondrá feo. 

—¿Y qué pasa si te mato? —Matias vio como dio un paso hacia el frente con una sonrisa ladeada.

—¿Para qué matarme? Eso no sería satisfactorio para ti, ¿No? Porque eso fue lo que me dijiste hace unos días. Es una pena que no te hayas dado cuenta de lo que sucedía mientras jugabas a salir victorioso en medio de un tablero donde no eres un buen jugador. Debiste aprender a jugar al menos, pero no lo hiciste. ¿Sabes qué es lo que sucede cuando tomas decisiones equivocadas? Pues suceden cosas catastróficas, Matias. 

Matias se quedó algo estático, intentaba pensar rápido, pero no estaba funcionando. ¿Cómo es que terminó así? 

—¿Por qué mejor no te das la vuelta? —Matias frunció el ceño, se fue girando, viendo a la copia de Ángel, pero sabiendo que no es su gemelo, sino que es él y lo terminó engañando. Está con la Bestia y con Dalton, los cuales le apuntan con un arma —Lo siento, se me olvidó decir, ¡Sorpresa, hijo de puta!

Bajo Mi Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora